Con una afluencia de público elevada, como ya es habitual en este tradicional, famoso y único festejo taurino, piedra angular de la Tauromaquia antigua que aún queda, se celebró un año más con extraordinaria animación en la Villa del Tratado el Toro de la Vega, aunque sin muerte en público como estableció un decreto, rechazado en gran parte por la población tordesillana como se hizo ver una hora antes del comienzo, fijado a las 11 de la mañana. Por tanto no pudo verse la vieja suerte taurina de la lanzada que era la única pervivencia antigua de una singular lidia, criticada por los sectores animalistas.
Con dos heridos en sus astas y un caballo, “montañesa” de la ganadería de Campos Peña sembró el temor en Tordesillas al regresar de nuevo por el camino emprendido y detenerse en el medio del puente, gracias a las vallas de protección que impiden su regreso a la misma Villa.
A las 12 en punto de la mañana, una hora después, sonó la bomba que anunciaba el final del festejo y, una media hora después una parada de cinco cabestros recogió al toro y lo condujo de nuevo a los prados del Zapardiel.
Este toro que en caso de haberse celebrado en su integridad con las normas establecidas en la Ordenanza que rigen desde antiguo el torneo, hoy prohibido, hubiera alcanzado el triunfo de haber sido ganador, imponía con su gran presencia de trapío y arrancadas peligrosas que hicieron desistir a los más osados para cortarle y citarle.
Antes se cantaba en Tordesillas una canción que hoy constituye un aspecto primordial en sus fiestas que decía: “Y el Toro Vega salta a la arena y su bravura siembra el terror”... porque de nuevo el morlaco puso a más de uno un nudo en la garganta, sobre todo cuando, como ya hicieran otros toros, entre ellos un Victorino, volvió sobre sus pasos a desandar el camino emprendido y regresar al tramo urbano, durante este festejo que duró toda una hora y media de reloj bajo un sol de luz y hermosura.
Hoy de nuevo ha regresado el pueblo a su tradición, bien es verdad que cercenada en parte por una prohibición, y gustado de una Tauromaquia del origen, de los comienzos, del ayer que no todos entienden, tal vez porque no la conocen en su integridad, significado y raíz.

Fotos: Gabriel Villamil y José Ángel Gallego.
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