Me embarga la tristeza cuando he conocido el alcance de la cornada sufrida por mi amigo Juan José Padilla, un torero honrado a carta cabal, esta tarde en Zaragoza. Las imágenes no dejaban lugar a dudas. Caído en el suelo, tras perder el equilibrio, el toro de Ana Romero rebañaba el rostro de Juan José de un golpe certero, produciéndole unas heridas muy graves que afectan a su ojo izquierdo, a su cara y al aparato auditivo. Segundos de extrema crudeza y tremenda fuerza que dan a los toros la simbología y la grandeza que nunca han perdido: Esta es una fiesta de riesgo y de muerte en donde los momentos de triunfo y gloria se entremezclan con los de dureza, ansiedad, dificultades y muerte. De ahí su fama y su aceptación. En medio de la tragedia, el recuerdo a sus niños, sus vástagos a quien quiere con locura y amor de padre hasta el extremo.
Juan José Padilla, el torero que da cada tarde lo mejor de sí mismo, que rompe la monotonía de los espectadores con una fuerza avasalladora, lo que le ha llevado a ser motejado como el ciclón de Jerez, sufre ahora en el lecho del dolor de un hospital y restaña sus heridas con la ayuda de la medicina y de los cuidados médicos del equipo capitaneado por el cirujano de Zaragoza Carlos Valcarreres.
En el recuerdo, los ojos a punto de reventar de lágrimas de su compañero Miguel Abellán apoyado en la tronera del burladero, con la mirada perdida; la emoción de los espectadores sobrecogidos por la tragedia en la plaza de Zaragoza; la serenidad de Iván Fandiño resumiendo en una breve expresión el contenido profundo de la fiesta de toros: «Esto es así de duro y así de bonito» y entre medias el silencio de su cuadrilla, la angustia de sus amigos, la espera interminable por conocer su evolución y si las garras de la muerte sueltan la presa de un amigo a quien dije personalmente que me sentía muy orgulloso de estar con él porque era un torero desde la mañana hasta la noche, un tipo de los pocos que se siente torero todo el día, incluso dormido.
Ahora con la emoción contenida por la tragedia, serenidad aceptada en lo hondo del corazón, pido a la Virgen del Pilar que te arrope con su manto, amigo, y que pronto podamos volver a verte de nuevo desplegar tu alegría, tu torería y tu entrega por esas plazas de España. ¡Suerte, matador, en este amargo trago de tu vida!
LUIS MIGUEL dice
YO TAMBIEN COMO AFICIONADO ME UNO A LAS MUESTRAS DE SOLIDARIDAD A JUAN JOSE » PADILLA»
José Ramón dice
Ánimo Padilla, que aún te quedan tardes para ofrecernos tu valentía