“Largo nos los ha fiado la pandemia maldita”, pero al fin los cerrojos de portones, chiqueros y corrales de la Plaza de toros de Valladolid han sido engrasados y descorridos para que su chirrido fuera otra vez sinfonía para albergar la bravura, sentir la emoción de una faena antológica y unirse a la tradición del juego eterno del hombre con el toro bravo.
La Feria de San Pedro Regalado de Valladolid ha sido entregada en esta ocasión a San Juan de Sahagún, otro fraile torero salmantino que paró la embestida de un fiero toro con su cíngulo y el “tentenecio” que lo amansó evitando el percance.
Hoy, después de 637 días se agolpan los recuerdos, homenajes, sentimiento y pasión en el graderío del Coso mudéjar del paseo de Zorrilla vallisoletano: Las idas de muchos comprometidos con la fiesta como el eminente cirujano taurino de esta plaza que junto a Antonio María Mateo ejerció la atención médica en percances y cogidas de toreros. Y este no fue otro que Pepe Rabadán quien con su bonhomía alegre y sincera nos daba las buenas tardes y el cálido saludo al pasar por el callejón a cuantos estamos al marro de la información, hoy cobijados en el palco 9. Pepe Rabadán se fue para siempre pero su recuerdo perdura.
Y en el aire la oración recordada:
“Cambiaste mi luto en danzas/ me desataste el sayal y me has vestido de fiesta/ te cantará mi alma sin callarse/…Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre”.
Tarde de sol y sosiego esta de junio que ayudó a la apertura de una feria que da con esfuerzo, laboriosidad y trabajo profesional Antonio García Jiménez, “Toño Matilla”, capitaneando el equipo mercantil de FUNTAUSA que sabe engastar y ofrecer un espectáculo moderno y atrayente, muy del gusto de Valladolid, a juzgar por el lleno en el tendido y su expectativa.
Se guardó un minuto de silencio y tras el paseíllo sonó el himno de España.
El resultado de la corrida en sí, por poner un titular es el de “triunfalismo”, o como dicen los estudiantes sacar un notable con poco esfuerzo pues el bagaje de cinco orejas obtenido por los diestros dice muy poco de lo aparentemente redondo de la tarde. Primero porque los toros de Victoriano del Río resultaron flojos, con escasas fuerzas aunque nobles en su comportamiento excepto el bronco 5ª del otro hierro ganadero, Toros de Cortés, y el último de la tarde, un “aldeano” que dio el susto cuando ya la noche se cernía sobre Valladolid, al coger a Manzanares en el tercio de mala manera y lanzarlo al aire en dos ocasiones tras cortar al toro en banderillas. Por suerte no caló el pitón en el buen torero alicantino y todo quedó en un susto.
Morante de la Puebla muy bien con el capote en su saludo al primero de la tarde que intentó saltar al callejón en todo su volumen y a punto de caer sobre José Salvador y Fermín Rodríguez, los dos fotógrafos que se encontraban allí realizando su labor gráfica. Seguro que el susto no se les quita de encima.
Pero a lo que vamos Morante se desquitaría con “Quitaluna” el cuarto de la tarde provocando los olés y el aplauso sincero del público vallisoletano. Cuatro chicuelinas y una media de remate puso la cosa a revientacalderas, porque este hombre, José Antonio Morante de la Puebla tiene un no sé qué que parece un qué se yo, pellizco torero, que atrae como el imán. Con la muleta hasta se permitió un desplante rodilla en tierra. Pinchazo hondo trasero y una oreja otorgada por el palco cayó en el reconocimiento del buen torero sevillano.
Manzanares con el segundo cortó dos orejas, una seguramente por la forma tan excelsa de realizar la suerte de recibir, propinando a “soleares” una estocada a cámara lenta en los mismos gavilanes. Su faena siempre de gusto en el centro del ruedo no estuvo exenta de un desarme.
Dos orejas se llevó en el esportón, dadivosa la segunda, un excesivo premio para tan poco resultado en general, pero ya se sabe que la mano de hierro y el guante de terciopelo en el palco vallisoletano hoy ha sido menos evidente que en otras ocasiones.
Pablo Aguado cortó una oreja a “cangrejero”, un ejemplar de Victoriano del Río sin fuerza, que llevó al caballo con chicuelinas al paso muy vistosas. Sobresalió en una segunda serie por la derecha, algo más embraguetado y decidido que sirvió para que la música le honrara la faena y el público se la aplaudiera. Ante el que cerraba plaza, despachado con una estocada trasera y golpe de verdugillo, lo intentó pero la brusquedad del animal que protestaba los pases por alto, le impidieron redondear su tarde.
En fin. Una corrida, floja, de más premio y regalo que verdad torera, bravura, fuerza y raza.
Menos mal que mañana será otro día con la segunda de la feria donde se lidiarán los Garcigrande para el Juli, El Fandi y Roca Rey.
FOTOS: José FERMÍN Rodríguez
Valladolid, sábado 12 de junio de 2021. 1ª Feria de San Pedro Regalado. Lleno en el aforo permitido.
Roto el paseíllo sonó el himno nacional interpretado por la Banda de música.
Toros de Victoriano del Río, nobles y flojos. El 5º de Toro de Cortés, bronco.
Morante de la Puebla, ovación y oreja.
José María Manzanares, dos orejas y oreja.
Pablo Aguado, oreja y ovación.
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