¡Con qué esperanza acogió toda Zamora la entrada en el escalafón de este torero zamorano hace un par de años el mismo día de San Pedro en junio de 2013!. Y cuánta ilusión derramada en los que le vieron empezar desde su debut con picadores en Ledesma hasta el día emocionante de su alternativa. Luego, el tiempo y las circunstancias unas veces de unos, otras de otros y las más de uno mismo, han influido para que la primera impresión se diluya casi como un azucarillo en el agua.
Alberto Durán es un matador de toros zamorano, de tierra seca y reverdecida, nacido en Villamor de los Escuderos donde juegan al toro por san Roque y que no ha podido torear este año en su propia localidad por aquello de «nadie es profeta en su tierra» y, como él mismo dejó dicho en una carta hecha pública en la Opinión de Zamora «Quiero dejar claro que mi intención es y ha sido siempre torear en mi pueblo como ha venido sucediendo desde mis primeras apariciones públicas hasta el año pasado. Este año he querido echar borrón y cuenta nueva del año pasado y volver a torear ante mis paisanos, pero no puedo dejar que me quieran ningunear y ser el último con quien cuenten. Como este año mi apoderado era el empresario de las fiestas, acepté torear con las condiciones impuestas por el Ayuntamiento. Yo solo manifesté mi intención de torear en el mano a mano con el «torero» que me imponían, un novillo más, es decir tres novillos, el último regalado por mí y así plasmarlo en los carteles. Esta solución tampoco le pareció bien al Ayuntamiento como organizador y gestor último del festejo, por lo que a una semana del festival me vi fuera de los carteles«.
Alberto sigue ejercitándose para acudir en cualquier momento a la llamada de una intervención en cualquier plaza donde se le requiera. Continúa en su preparación física, aspecto que no debe descuidar ningún taurino que vista de luces, ejerce de ofrecimiento silencioso y cabal frente a las astas de un toro bravo, aspecto que llenó su vida no hace tanto tiempo y mantiene el sueño siempre grato y grandioso del triunfo en los ruedos.
La semana pasada le vi de lejos en el homenaje a Santiago Martín «El Viti» en Valladolid. No fue posible estrechar su mano en el saludo siempre afectuoso, pero su paso hacia el lugar donde tenía su sitio, aparentaba un ánimo tranquilo, preparado y dispuesto a seguir dando guerra en esta ardua y complicada profesión de torero.
Alberto Durán con motivos que le llevaron la pasada temporada en un balance poco halagüeño a juzgar por los resultados obtenidos en sus intervenciones, intenta sacar la cabeza de ese agujero negro en el que caen tantos y tantos diestros toreros que se propusieron un día dedicar su vida a la fiesta de Toros.
En la fotografía recordatoria que nos hizo José Fermín Rodríguez de aquel día emocionante de su alternativa posamos junto al torero, al que deseamos la mejor de las suertes, el subalterno Javier Gómez Pascual, Pascual Mezquita, Paco Cañamero y quien esto escribe. Fue un día para él muy emocional y emocionante que posiblemente aún no haya olvidado.
Ojalá quiera y pueda conseguir lo que tanto anhela. Así se lo deseo.
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