Que todos cuantos se ponen delante del toro una y otra vez pagan con su sangre el precio de la fama y la gloria a la que aspiran se está completando esta temporada que se encuentra al final del ciclo, con una extraordinaria nómina de matadores, novilleros y subalternos que pasan por la fría camilla del quirófano. Ayer sin ir más lejos, en Tamames donde ponen en marcha un ciclo de festejos muy importante, seguido por un público ávido e interesado, muy aficionado, por ver los nuevos valores que aspiran al escalafón de toreros, el diestro de San Muñoz, Alberto Escudero, resultó cogido cuando realizaba un quite a uno de sus compañeros de cartel, Carlos Navarro, quien resultó arrollado. Al salir al quite de su compañero, Alberto Escudero, entre la confusión y los muchos capotes, fue cogido por el novillo para inferirle una cornada en la axila derecha (con abundante hemorragia), otra en el escroto y la conmoción cerebral que se produjo al caer contra el suelo. Lo llevaron a la enfermería y allí fue operado en la UVI móvil por el equipo médico.
Por nuestro amigo Paco Cañamero, presente en el festejo al que nos resultó imposible acudir, hemos conocido la contingencia del hecho así como el relato de la noticia que puede ampliarse en su página de Glorieta Digital.
Alberto Escudero a quien vimos empezar y debutar junto a su compañero Alejandro Marcos, plenos ambos de formación torera en la Escuela taurina de Salamanca donde el maestro Juan José les enseñó hasta su relevo por el también matador José Ignacio Sánchez al frente de dicha institución de la que Salamanca taurina se honra, está en el lecho del dolor, hospitalizado, pero con el espíritu fuerte y animoso por poder volver a colocarse delante de la cara de un toro.
Esta es la pasta de que están hechos estos toreros que tienen a su profesión como timbre de orgullo, apego y serenidad. Hoy ha sido Alberto Escudero, ayer otros compañeros. Por eso el toreo es tan grande y emotivo: La adversidad, el dolor, la angustia y la herida son gajes del oficio con los que conviven serenamente los toreros. ¡Ánimo, Alberto!.
Foto: José FERMÍN Rodríguez/Archivo Federación taurina de Valladolid
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