Lleno hasta la veleta y picuruta del pararrayos de la plaza de Pamplona donde un día de San Fermín se celebran los cien años de vida de este Coso taurino en un canto reivindicativo de la fiesta de toros por parte de un caballero rejoneador, Pablo Hermoso; tres toreros Morante, Juli y Roca Rey frente a los de Núñez del Cuvillo; y un público enfervorizado, animoso, jovial, alegre, jaranero que dan la medida a este acontecimiento singular de la fiesta española de los toros.
Hoy todos estamos viendo, unos en directo y otros a través de la televisión el grito expresivo de un sentimiento de la gente que conoce y ama esta fiesta, la fomenta, la apoya y está con ella pese a todas esas circunstancias de ataques y repudios de quienes se ven superados, tierra a tierra, día a día, pueblo a pueblo, por unas personas que son y se sienten integrados en su tradicional fiesta, genuina y propia de España.
Hoy muchos rabiarán de celo, de visceralidad, de asco al ver esta gran respuesta del público de Pamplona como ayer lo hizo el de Madrid y antes el de cualquier ciudad que anuncia en sus fiestas patronales la lidia de toros bravos a cargo de hombres animosos vestidos de luces para la ocasión y arriesgando su vida en cuanto ellos entienden una vocación. Y con Pamplona han estado los espantes de Fuentesaúco; el toro enmaromado de Benavente; los toros de San Juan en Tordesillas; la saca de Soria y los Sampedro de Burgos y tantos y tantos lugares en donde sueltan toros por sus calles como si fuera una oración atávica al ayer y al sentimiento.
Reivindicar la fiesta es fundamental y sobre todo la unión de todos, absolutamente todos los taurinos en torno a esta idea, a esta actividad, a estos festejos, a esta raíz del ayer que estuvo parada, latente como un paramecio durante la pandemia y ha regresado a lo grande en la llamada vuelta a la normalidad y que tantos ataques recibe de los intransigentes y de los malos políticos. Todo eso muestra este gran paseíllo de Pamplona. Y el grito de ¡Vivan los toros! resuena hasta la eternidad hoy como ayer, igual que ayer.
Fotos: Emilio Méndez
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