Y lo hizo ante una buena corrida de Domingo Hernández Garcigrande que resultó brava y de interés para los toreros que se enfrentaron a ella en la segunda de la Feria de Valladolid.
Tomás Rufo, el toricantano de esta tarde en el coso vallisoletano, un muchacho de Talavera de la Reina, bordó el toreo ante «campanario» y «raspón» consiguiendo desorejarles por partida doble a ambos y sufrir una fea voltereta en el arrimón final antes de la estocada. Entra por la puerta grande de Valladolid con todo merecimiento por sus dos faenas, hechas y derechas, logradas, emotivas y sinceras y rubricadas con sendas estocadas fulminantes.
El toro de la alternativa estaba marcado con el guarismo 100 y se llamó «campanario» dando en la báscula 530 kilos de peso y de capa colorada. Se lo cedió Julián López el Juli que actuó de padrino en la ceremonia, en tanto Manzanares fue el testigo de esta liturgia torera.
Es muy posible que todas las líneas que hoy se escriban de la acción ofrecida en el albero vallisoletano por el torero estén cargadas de adjetivos y frases laudatorias, de reconocimiento, no por la importancia del día para el muchacho que también, sino por lo ofrecido a todos los espectadores que casi llenaron la plaza, con las restricciones a causa de la pandemia.
Se sobrepuso a la incidencia de la fea voltereta que le propinó el que cerraba plaza, ese «raspón» que posiblemente le haya hecho más de uno al buen torero toledano, que se ha ganado por méritos propios el reconocimiento de la afición vallisoletana.
Julián López El Juli poderoso siempre, conociendo la lección para aplicar a estos toros, en la faena de muleta hecha prácticamente en un palmo de terreno, ante su primero estuvo con el oficio de su categoría pero con la emoción por debajo de lo que nos ofreció ante el cuarto, un «provocador» bravo y bonito de Domingo Hernández. La faena ante el bravo ejemplar estuvo plena de interés, dominio, temple y espectacularidad «desde el minuto uno» como le dijo su subalterno cuando iba a echar en marcha la faena. A su primero lo despachó de estocada trasera y contraria y un golpe de descabello, premiado con una oreja, en tanto al cuarto le echó por tierra con una entera, de esas que da El Juli, con antiestético saltito incluido.
José María Manzanares ante el tercero un «trapero» que no le permitió más lucimiento que el preciso, y al que dieron una ensalada en varas escuchó una voz, más bien vozarrón intempestivo y edulcorado, que salió del tendido «¡eres el rey del temple y del toreo puro!», en una faena por la que recibió un aviso y que no consiguió redondear al pinchar antes de lograr la estocada. Ante el quinto, en el que sobresalió, saludando, su banderillero Antonio Chacón por dos buenos pares de rehiletes, el toro, magnífico, arrastraba el hocico por la arena hasta mancharse con ella, siguiendo la muleta de Manzanares con celo y espaciosidad. Al natural fue lo mejorcito que vimos estar tarde en un par de series, largos, templados, hermosos, aplaudidos, inolvidables. Intentó matar recibiendo pero pinchó en el primer intento, logrando luego la estocada en un segundo intento, recibiendo una aclamada y merecida oreja.
En resumen. Buena corrida la ofrecida hoy en Valladolid con toros y toreros y un nuevo diestro que entra por la puerta grande de esta plaza.
FICHA DE LA CORRIDA
Segunda corrida de feria. Casi lleno en el aforo permitido. Buen tiempo. La corrida ha sido retransmitida en directo por el canal toros de televisión.
Cuatro toros de Domingo Hernández (1º,2º,5º y 6º) y Garcigrande, (3º y 4º) bravos y encastados, nobles, cinco de ellos y uno corrido en tercer lugar, flojo.
Julián López, el Juli, oreja y dos orejas
José María Manzanares, ovación y oreja.
Tomás Rufo, que tomaba la alternativa, dos orejas y dos orejas.
Reportaje gráfico: José FERMÍN Rodríguez.
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