Brillantez y espectacularidad serían dos de los calificativos más específicos para designar el resultado del Tentadero final correspondiente a la convocatoria de este año que ha sumado su IV Edición y que se ha celebrado en la finca «La Cabañuela» de Antonio Bañuelos en Hontomín (Burgos), a decir del nutrido grupo de espectadores que ha acudido esta mañana a las instalaciones ganaderas donde pastan los llamados toros del frío. Antonio Bañuelos valoraba como de extraordinarias las actuaciones de los chavales que quieren ser toreros y que habían llegado a la gran final. Seis muchachos, dos de ellos de Madrid; otro de Guadalajara; uno de Zamora; otro de Salamanca y uno más de Valladolid, los mejores finalistas y que con más puntuación obtenida en sus apariciones en las pasadas jornadas ìntervinieron en la cuidada plaza de tientas de La Cabañuela, perfectamente asentada la arena, regada y cuidada con mimo y esmero por los responsables de la ganadería. Cada uno de ellos lidiaría una res, pararía y colocaría en el caballo a la vaca, según las instrucciones del ganadero, haría faena de muleta durante diez minutos y por último simularía la suerte suprema.
Mucho público en los tendidos, abarrotados los palcos y graderío. Varios autobuses de peñas taurinas de Bilbao como «La Campera» y la Federación taurina de Vizcaya, con su vicepresidente José Antonio Pardo a la cabeza, La Peña de Navarra «Rivaforada» y Santander como la Peña «la Velicia»; otros venidos en coches particulares desde Valladolid, Palencia y Burgos, aficionados que aplaudieron con fuerza a los toreros, mantuvieron un exquisito orden en la tienta y siguieron con atención todas y cada una de las seis eralas lidiadas. Entre las personalidades que siguieron la tienta el Secretario general de cultura de la Junta de Castilla y León, José Rodríguez Sanz Pastor y el diestro triunfador en Madrid Morenito de Aranda.
Las vacas, todos ellos de capa colorada, cinco de ellas cuajadas, lustrosas y con astifinos pitones dieron excelente juego en la muleta, metiendo la cara y humillando en general. Una de ellas, la corrida en primer lugar, algo floja en el caballo, al que acudió sin embargo con alegría en tres ocasiones, citada por el picador Víctor Hermosilla quien clavó el limoncillo con acierto y propiedad, castigando a la res, pero que luego en la muleta aprendió enseguida, dando más de una desazón a su lidiador.
El torero de Colmenar Viejo Ángel Sánchez abrió plaza y final del Certamen, reciebiendo por su labor la totalidad de 30 puntos de las cinco actas clasificatorias que arrojaron la siguiente puntuación: 5,7,6,7,5.
A continuación toreó Cristian Marcos, de Salamanca, quien se enfrentó a la vaca más flojita del encierro, pero brava y encastada como una lumbre. Obtendría por su faena 27 puntos con las cinco puntuaciones finales de 6, 5, 6, 5, 5.
Siguió Jonathan La Serna, de Guadalajara, un bravo y aguerrido novillero que se sobrepuso a la contrariedad del animal más grande y con trapío de todas las lidiadas. Una vaca que fue aplaudida al ir alegre al caballo tantas veces como se la colocó en suerte y que luego embistió incansable, sin abrir la boca, a la muleta del chaval. Un descuido y la vaca le mete el pitón desgarrándole el pantalón campero de arriba abajo. Jhonatan, sobreponiéndose a la contrariedad y tras remendarle con unos esparadrapos el desgarrón, se puso de nuevo a torear incluso con un chal salvador que le dejaron para taparse las vergüenzas que quedaron al aire fresco del páramo. El de Guadalajara, sobreponiéndose, enjaretó a la novilla dos series más que fueron muy ovacionadas por el público. El Jurado le valoró con 42 puntos, obteniendo las puntuaciones de 10, 8, 8, 7, 9.
El cuarto novillero en actuar fue Javier Casares, el de Medina del Campo, que estuvo sobrio, serio y encajado en la lidia, muy entregado pero no con la suerte que merece. La vaca fue la peor del encierro y 32 puntos obtuvo como bagaje para su esportón en 6,7,6,7,6.
El torero de Villalpando Diego Luna, por aquello de no hay quinto malo, quedó empatado con su anterior compañero a puntos. Le tocó una vaca saltarina que de un brinco a poco se sale a las instalaciones de la finca, derribando un teja y media de la caída del agua. Diego Luna, muy aseado y valiente, obtuvo 32 puntos repartidos de la siguiente forma: 5,7,6,8,6.
Y cerró tentadero y final quien a la postre resultó merecido ganador del IV Certamen de Tentaderos, Álvaro García, torero de San Sebastián de los Reyes, el más joven de toda la cuadrilla. Un muchacho que hizo las cosas estupendamente. Toreó muy bien, asentado, firme y sabiendo hacer las cosas a la vaca que le tocó en suerte. Varias ovaciones del público, jaleado además con diversos cantes a cargo del grupo flamenco «Bien me sabe» de Burgos que amenizó con varios tientos, soleás y «siguiriyas» algunos momentos de la lidia. Obtuvo Álvaro 44 puntos repartidos de la siguiente forma: 9,8,9,9,9.
Una vez terminado todo, en el mismo ruedo se procedió a la entrega del premio al ganador, de manos del Secretario General de la Junta, José Rodríguez y del propio ganadero Antonio Bañuelos, consistente en un capote y una muleta.
Tanto el ganadero como el mayoral de la ganadería, Francisco Alfonso, reconocieron el comportamiento de las personas, la alta estima de este tentadero y la preparación de los muchachos que esta mañana han acudido a disputar la gran final.
En las palabras de despedida el Presidente de la Federación taurina Justo Berrocal dio las gracias a los participantes por su nivel y preparación; al ganadero Antonio Bañuelos por su acogida; a todos los aficionados que han acudido en la espléndida mañana de mayo a la Cabañuela, a los miembros del Jurado y a cuantos han hecho posible un año más la realización de este IV Certamen de Tentaderos «Ciudad de los Almirantes».
Fotografías y Reportaje gráfico: José Fermín Rodríguez
Galería gráfica: Miguel de Castro.
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