La alegría de saber que uno de los chavales novilleros que tanta esperanza nos sembró desde que ganó el Bolsín de Rioseco con todo el merecimiento, cuenta por puertas grandes todas y cada una de sus intervenciones. Sus éxitos nos llenan de orgullo, no ya porque tengamos algo con él, sino porque fue uno más de los que estuvieron mostrando su arte y torería, su raza y su forma de actuar entre los aspirantes a torero que se forjan por estas tierras de Valladolid. Él es un muchacho de San Sebastián de los Reyes y que se hizo en la escuela taurina de Colmenar y en ocasiones se ha asomado a nuestro diario digital por sus méritos y porque es acreedor del elogio sincero, en una palabra.
Álvaro García abrió la puerta grande de Villamanta tras cortar dos orejas al novillo que le tocó en suerte. Completaba cartel en esta ocasión con Cristian Canano. Y eso que no anduvo fino con el verduguillo, que si no, el triunfo hubiera sido de los que hacen época.
Ahora al muchacho le esperan en Santisteban del Puerto (Jaén), antes de pasar por Soria y por Ávila. La novillada sin caballos de la feria taurina de aquella localidad de Jaén dará la medida de preparación, fe en su trabajo, arte, valor, seriedad y torería de Álvaro García. Este es el cartel anunciador que nos han remitido. El jueves día 5 es la cita.Álvaro García además tiene un hermano de trece años, capaz de ponerse delante de un novillo de Gerardo Ortega y darle estos muletazos que han sido recogidos por la cámara de Blas García quien nos los ha facilitado. Se ve que la familia, el género, de ambos hermanos está por llegar a ser toreros y si siguen por este camino de preparación, lucha y esfuerzo lo van a conseguir. Se hablará dentro de muy poco de los Hermanos García, dos toreros de usía, ahora en promesa, pero que llegarán a ser distinguidos con la gracia de la torería.



En fin, de Álvaro García nos une el recuerdo, la amistad y el haberle visto empezar. Siempre que puedo recojo aquella anécdota del año en que estuvo como finalista en la vacada de Antonio Bañuelos que yo mismo presencié y aquejado de asma, se sobrepuso a la contrariedad y a las dificultades respiratorias haciendo un toreo poderoso y lleno de viveza y entrega a las exigentes vacas de la Cabañuela, con un simple trago de agua de la botella que le ofreció su padre. Y eso, sin respirar bien; porque no todos son capaces de hacerlo. ¡Suerte muchacho!
Fotos: Fermín Rodríguez y Blas García
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