Que la fiesta de toros está plagada de luces y sombras, de alegrías y penas, triunfos y fracasos ha quedado demostrado palpablemente en la tarde de hoy al celebrarse la segunda de las novilladas del disputado «Piñón de España» en la acogedora localidad vallisoletana de Pedrajas de San Esteban.
Los dos novilleros del mano a mano, Marcos del Rincón y Jarocho resultaron cogidos por «naranjito» y «lustroso» dos ejemplares de Buenavista lidiados en primer y cuarto lugar en la segunda novillada de este ciclo pedrajero, de interés y atención, con lo que el cuadro se quedó sin protagonistas, recogiendo con los cabestros al cuarto de la tarde y acabando el festejo, dándole por terminado al no haber sobresaliente que diera muerte al último de la tarde.
Hoy además de contar los buenos momentos de toreo, espectacularidad, temple, mando y valor del novillero burgalés Roberto Martín «jarocho» casi toda la tarde, quedó la consternación, el sabor agridulce al haber visto cómo los toros cogen a los toreros y les mandan al hule por menos de un pimiento, en cuanto se descuida el oficio ante la cara del toro.
Se han lidiado cuatro ejemplares de Buenavista, utreros de Clotilde Calvo, mejor presentados que los de ayer, cuajado y hermoso el «bandido» corrido en tercer lugar, aplaudido en el arrastre; de escasa fuerza «naranjito» que clavó en la pierna izquierda a Marcos del Rincón nada más empezar su faena; bravo «asustado» y «lustroso«, rajado, que echó mano de mala manera, zarandeándole en el aire al novillero burgalés «Jarocho».
Llevaba Jarocho cortadas ya cuatro orejas y garantizada la puerta grande con merecimiento en los tres ejemplares de Buenavista lidiados hasta la fecha, cuando con la montera puesta como los toreros añejos representados en láminas del ayer, se dispuso a lidiar en faena memorable al novillo que cerraba corrida. Había puesto la plaza en pie tras unos buenos pares de banderillas y la cosa se calentó hasta hervir de emoción cuando, de rodillas, le dio varios muletazos al burel de Buenavista. Verdad es que el ejemplar acusaba la puerta del encierro como querencia y dio síntomas de rajarse ante la muleta poderosa del burgalés. Sin inmutarse llevó de nuevo el toro a los medios y ahí se fajó con él en una serie muy aplaudida, pero que al intentar pasar al natural, el giro de la cabeza del toro, rápido, cazó al torero, clavándole el pitón en el vientre, zarandeándole en el aire por unos segundos que se hicieron interminables.
Rápidamente fue llevado a la enfermería por las asistencias y allí las manos del doctor Nabil AlChaab y su equipo intervinieron, siendo trasladado en ambulancia al centro hospitalario vallisoletano de Medina del Campo.
Hay que destacar que Marcos del Rincón, el espigado torero de Madrid a su primero le hizo un quite en el centro del platillo a pies juntos muy aplaudido. Y luego, tras brindar al público, le llegó la cogida, clavándole el asta en la pierna izquierda y produciéndole una herida limpia pero bastante profunda.
Jarocho su compañero tuvo que hacerse cargo de la lidia de los cuatro novillos.
FICHA DE LA NOVILLADA:
Pedrajas de San Esteban. Segunda novillada de la Feria «Piñón de España». Casi tres cuartos de entrada. Antes de romper el paseíllo sonó el Himno Nacional. Se han lidiado cuatro novillos de Buenavista, bajos de fuerza, pero bravos y encastados especialmente 2º y 3º y rajadito el 4º para Marcos del Rincón, cogido. Y Jarocho, oreja, dos orejas y oreja y cogido por el cuarto, dándose el festejo por finalizado, al no haber sobresaliente que diera muerte a la res en el ruedo.
Fotos: SILVIA Olmedo.
DUREZA DE UNA PROFESIÓN
Que ser torero es una profesión de riesgo y ventura es indudable. Querer estar en esto es para privilegiados, decididos, héroes y arrojados. Levantarse tras la caída y seguir en la brecha supone un hito en la vida de estos chicos que tienen el carné de novilleros y la carne y los huesos bregados por la dureza.
Ayer la tarde de Pedrajas estuvo teñida de triunfo y tragedia. De dolor y alegría. Todo junto en el mismo vaso, en el mismo recipiente para dos muchachos que están en el escalafón novillero y disputaban el gran premio que supone por prestigio lograr el llamado «Piñón de España».
La afición contempló absorta este tremendo claroscuro en que se convirtió ayer la tarde de toros en Pedrajas de San Esteban.
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