Los rejoneadores Andy Cartagena y Mario Pérez Langa han salido a hombros por la puerta grande de Íscar en la última corrida de la feria tras cortar dos orejas cada uno de ellos, mientras su compañero Rui Fernandes cortó una al cuarto de la tarde en una lidia mejor desarrollada y más vistosa en su segunda parte que en la primera, pues el encierro de Dies Coutinho tuvo también las dos partes especiales, una buena y otra no tanto, más larga y tediosa, alcanzándose casi las tres horas de festejo. Los toros acusaron la querencia del encierro y mansearon en diversos momentos de su lidia. Los toros mejores, más bravos, los corridos en quinto y en sexto lugar. El público no llegó a completar la mitad del aforo de la plaza. Estuvieron en el palco, ataviadas con el traje regional de la tierra, la reina y damas de las fiestas que bajaron al albero para obsequiar con ramos de flores a los tres caballeros rejoneadores que hoy han toreado en la coqueta y cubierta plaza de Íscar.
Abrió plaza, vestido con casaca azul a la federica, a lomos de un caballo enjaezado con abalorios y adornos plateados muy bellos, el rubio rejoneador portugués Rui Fernandes que propinó dos rejones de castigo al toro, escurrido, que abrió plaza, y vio cómo su enemigo buscaba la querencia de toriles y desdeñaba la pelea. En banderillas quebró bien aunque tras colocarle las cortas, el toro se tumbó derrengado. Una vez levantado le colocó un rejón de muerte. Fue aplaudido por la concurrencia. En el cuarto anduvo más solvente el caballero portugués y se ganó una oreja.
Andy Cartagena fue aplaudido en su primero sobre todo cuando colocó banderillas a dos manos con el apalosa de su cuadra. Un caballo de pelo original y vistoso, moteado como si hubiera recibido gotas entintadas en su pelo blanco. No acertó con el rejón de muerte pinchando varias veces. Anduvo mucho mejor con el quinto de la tarde al que despachó de un rejonazo certero tras una faena de entrega y muy pasional. Recibió las dos orejas por su actuación.
Mario Pérez Langa, el más joven de la terna, estuvo por momentos brillante en cites atrevidos, ofreciendo el pecho de su cabalgadura. Muy digno en las banderillas cortas. Tras el rejón de muerte tuvo que echar pie a tierra y descabelló certeramente al toro, recibiendo la aclamación de los espectadores y una oreja por su actuación. Estupendamente le fue en el sexto, quebrando bien, al lograr otro apéndice pese a la colocación de un rejonazo de muerte muy trasero. No obstante, esa oreja le sirvió para acompañar a Cartagena en la salida en hombros de la plaza.
En resumidas cuentas. Una feria más esta de Íscar en la que se han visto algunas cosas, más vistosas en la lidia de a pie que en la de a caballo, donde no ha faltado la zumba persistente, constante, abrumadora, de dolor de cabeza, a causa de los altavoces de las ferias durante la lidia demostrándose así una falta de respeto más que considerable hacia quienes deben actuar en el albero. ¡Con lo fácil que sería bajar un poco el volumen hasta que termine el festejo y lo bien que suena la Banda de música de Íscar interpretando el pasodoble!… Y esto fue todo. Hasta el año que viene, si Dios quiere.
PLAZA DE TOROS DE ÍSCAR. Tercera y última de feria. Media entrada.
Toros de Días Coutinho, desiguales de presentación, para Rui Fernandes, ovación con saludos y oreja. Andy Cartagena, silencio y dos orejas y Mario Pérez Langa, oreja y oreja.
FOTOS: José FERMÍN Rodríguez
Deja una respuesta