La patronal de los organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET) celebra su Asamblea en Madrid, después de un año en el que han dado una poco gratificante imagen de tensión interna.
De esta Asamblea o la entidad sale reforzada, unida, con un plan, hombro con hombro todos, o la organización puede darse por acabada, al no salir hacia parte alguna. Siempre han sido necesarios, imprescindibles, los empresarios taurinos pero ahora, o se unen y se comportan y lanzan un mensaje de serlo, o el final de su actividad quedará marcada a fuego como en la paletilla de un toro el guarismo ganadero.
Recordemos que el año pasado por estas fechas, cuando se declaró la pandemia, la junta directiva de Anoet envió una carta al ministro de Cultura y Deporte manifestando la “gravedad de la situación generada» por la crisis del Covid-19 que ha obligado a los principales empresarios taurinos a suspender las primeras ferias del año. Desde Valencia hasta Sevilla, no habrá toros. Tampoco en San Isidro.
«En primer lugar, queremos manifestar nuestro compromiso y colaboración para frenar la propagación del Covid-19 y de la activación por parte del gobierno del estado de alarma. Pedimos la colaboración y coordinación de todo el sector, conscientes de la situación que conlleva la paralización de la actividad taurina. Es importante valorar la situación actual y establecer las acciones necesarias para que cuando, entre todos, superemos esta crisis sanitaria, podamos reanudar la actividad».
Anoet trabaja y vela por los intereses de todos cuantos intervienen en el espectáculo y de los aficionados y en consecuencia ofrece su posicionamiento en el organigrama del espectáculo «para coordinar y trabajar de forma más eficiente con vistas al futuro”.
A ver si les inspira la situación y hacen de necesidad virtud.
Foto: Archivo/Teseo Comunicación
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