Los grandes cambios deben ejercitarse y ejercerse en estos precisos momentos más que nunca, primero dentro de la cabeza de todos cuantos están en la profesión taurina desempeñando la actividad que les corresponda porque la Tauromaquia precisa de nuevas estructuras, de renovación, no solo de lavado de cara, sino de un baño reparador y un cambio total de muda interior y ropa externa pues la gravedad de la situación por su pervivencia no puede caer en saco roto y obviarse, una vez termine esta ola de enfermedad y muerte que asola España.
Ha terminado la temporada 2020, atípica temporada y extraña, dura, acongojante, terrible, dañina y perjudicial para los animales y también para las personas. Esta temporada que iba a ser en la que se honrara la memoria de Joselito «El Gallo» conmemorando un siglo de su fatal y mortal destino en la plaza de Talavera de la Reina. Al llamado Rey de los toreros, la pandemia le quitó hasta su corona fúnebre. Un chispazo de alegría y seriedad ha supuesto el Circuito de Novilladas de Castilla y León, patrocinadas por la Consejería de Cultura de la Junta autonómica con un broche brillante en la popular Villa de Medina del Campo, cuna de toreros y de la letra de cambio, al igual que las comunidades de Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha que han mantenido el pábilo encendido de la lumbre de la esperanza.
Se precisan criterios nuevos para seguir adelante con una fiesta genuina, propia, singular, única, amada tanto como odiada y despreciada tanto como apreciada porque aquí hay una cosa que sigue permaneciendo en pie y es la fidelidad del público, de los espectadores que han acudido llenando las plazas en su aforo permitido por las autoridades.
Hemos visto de primera mano los festejos celebrados en Castilla y León dirigidos especialmente para aquellos muchachos que empiezan en el arte de torear, los novilleros sin caballos, en los que ha tenido tanto que ver la FUNDACIÓN DEL TORO DE LIDIA, institución a la que han concedido muy merecidamente el Premio Nacional de Tauromaquia y cuya entrega próxima estará presidida por S.M. El rey Felipe VI. La gira de reconstrucción, un esfuerzo de un abanico de personas así como del canal toros de televisión han llevado a todas las casas la fiesta, bien es verdad que algo reducida, pero menos es nada y el que no se consuela es porque no quiere.
CARTA DE JOSÉ MARÍA GARZÓN
Y hoy mismo llega la carta del empresario gerente de LANCES DE FUTURO, José María Garzón, porque sabe que la Tauromaquia es de todos y todos tenemos que luchar por ella y por el toreo, en la que expone amargamente la situación, pero con la valentía y claridad que todos precisamos para sacar esto adelante. La carta íntegra puede ser leída en el portal de Cultoro que es en donde ha sido publicada. Algunos de los párrafos más significativos y recordatorios son estos:
«Todo ello vino al traste con la pandemia. Fue entonces cuando me di cuenta que había que seguir trabajando para adaptarnos a las nuevas circunstancias, persiguiendo ideas para hacer posible lo que en esas primeras semanas de confinamiento parecía inviable: abrir las plazas y dar toros.
Mi objetivo: dar toros. No me arrepiento del empeño y esfuerzo que puse desde el principio en un año tan difícil. Lo haría de nuevo sin pensarlo, aunque la primera desilusión llegó en Málaga, donde no encontré la colaboración necesaria para sacar adelante un proyecto que hubiese merecido la pena…Remar en solitario muchas veces te hace encontrarte con dificultades añadidas. Asimilé estas adversidades, encajé algunos golpes inesperados y decidí seguir mirando al frente, sin buscar culpables ni crear polémicas que entendía innecesarias y perjudiciales en un año en el que había que mirar por el bien general de la Fiesta dejando a un lado intereses particulares, precisamente, los que dieron al traste con lo que teníamos proyectado para La Malagueta… Lo más difícil de asimilar fueron los ataques personales con los que se puso en duda mi honorabilidad pasando por alto un principio jurídico básico como el de la presunción de inocencia. Fue muy desagradable escuchar algunas acusaciones de otros empresarios taurinos que llegaron incluso a entrar en el plano personal que se publicaron en medios de comunicación y redes sociales -algunas rayando el insulto-…Pero lo que más daño me hizo, y ahora me veo en la obligación de manifestarlo públicamente, fue la postura adoptada por ANOET tras la celebración de la corrida de El Puerto de Santa María abriéndome un expediente sancionador sin base legal alguna; ni contravine en ningún momento los estatutos de la asociación ni ninguna norma interna disciplinaria ni externa a la asociación…La Junta Directiva de ANOET nos acusó públicamente de poner “en riesgo la salud pública”, de haber “dañado la imagen de la Tauromaquia” y que nuestra actuación tendría una relación directa en “los perjuicios económicos ocasionados a proyectos empresariales de Andalucía…Desde que decidí dedicarme profesionalmente al mundo de la empresa taurina nunca he alentado la polémica ni el conflicto. Todo lo contrario, siempre he defendido la idea de unir y de sumar -nunca de restar-, de mirar al futuro con el convencimiento pleno de que la Tauromaquia puede, y debe, interrelacionarse con la sociedad y con otros sectores económicos y culturales de manera natural. En ello nos va el futuro y ese debe de ser nuestro objetivo prioritario. El de todos. Mucho más en tiempos tan difíciles como los actuales»
Creo por terminar con esta extraña situación en la que se mueve la fiesta de toros, una vez reconstruida su actividad, que la Tauromaquia debe volver a la integridad y a la seriedad. Todo lo demás, sobra. Si es así, al menos algo habremos aprendido.
Foto: José FERMÍN Rodríguez
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