Antonio Bañuelos, el ganadero burgalés explicó en una charla amena y entretenida celebrada en la Casa de la Cultura de Arroyo de la Encomienda las vicisitudes de los toros del frío. Empezó su explicación con la razón por la que dedica su pecunio, su esfuerzo y su misma vida a la crianza de estos toros de lidia, espectaculares, que transmiten emoción, con hechuras para que no sean ni muy anchos ni muy altos, que pueda el torero estar muy quieto y realizar con su muleta la unión artística que transmita emoción a los aficionados.
El acto estuvo organizado por el Club taurino de la localidad y por la empresa «Con mucho temple» que regenta Nacho de la Viuda.
Casi veinticinco años, nada prácticamente en palabras del propio ganadero, son los que median desde que vinieron al páramo de Masa burgalés las primeras vacas desde las tierras cálidas andaluzas de Medina Sidonia, con sementales de Torrealta y Torrestrella, aclimatando las reses a una altitud geográfica y a una zona nueva.
En la actualidad la Cabañuela alberga unas 700 cabezas y en su haber figuran seis sementales que fueron indultados en distintas plazas, el primero de ellos, «Gamarro» que fue lidiado por el maestro Enrique Ponce e indultado el 30 de junio de 1999.
Fotos: Natalia CALVO Gómez
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