Se celebró en la plaza de toros de Villada el festival taurino anunciado por Albero Norte, una joven empresa que entra con fuerza y buen hacer en el mundo del toro y que dirige Carlos Carrillo, donde los dos toreros anunciados, David Castro Luguillano y Santiago Esplá salieron a hombros al final del entretenido y bien organizado festejo con motivo de las fiestas patronales, tras cortar tres y dos orejas en sus lotes respectivos.
Se lidiaron cuatro novillos de Montalvo, bien presentados, lustrosos, bravos y encastados que hicieron mucho más bonito el sencillo espectáculo pero grandioso en cuanto a resultado y torería vistos en el pueblo de las pipas Facundo ante casi unos tres cuartos de plaza. Y digo esto porque aquí no faltó de nada: El ruedo cuidado y marcado con ambas rayas, con el dibujo en el centro del símbolo de la ganadería a lidiar; los areneros uniformados, los torileros con majeza, la tablilla anunciadora con el peso y el color de la divisa de los novillos, los correllaves y alguacilillos perfectamente vestidos a la usanza tradicional, las mulillas enjaezadas y vistosas de Rodolfo Ramírez, el de Briviesca y de Lourdes su mujer. Por hacerse bien hasta los pases de callejón nos los entregaron debidamente plastificados, extendidos y firmados por la empresa… En resumen, un dechado de virtud por hacer las cosas bien, presentarlas como lo que son y dando el sentido requerido a la liturgia de los toros. Ya decía Cervantes que un palo vestido no parece palo. Pues bien, la organización del festival de Villada modélica que además estuvo presidido por César Gómez, Presidente de la plaza de Madrid y en el palco de autoridades las reinas de la fiesta, tres muchachas de Villada guapísimas, tocadas con el mantón de Manila, sonrientes y alegres. Beatriz, Lidia y Sofía acogieron con gracia y salero un ramo de flores y representaron a la juventud de este singular pueblo palentino.
Y si en el toreo visto esta tarde aparece el embrujo de David «Luguillano», practicando un toreo casi de salón, poderoso y con empaque, arqueando la cadera con gracia, como un junco mecido por el viento, crujiendo los huesos de la muñeca ante la cara del toro y sonriendo como él lo hace cuando sabe que está haciéndolo bien y con gusto, entonces miel sobre hojuelas.
Acompañándole en el dúo torero de esta tarde, el diestro alicantino Santiago Esplá quien estuvo en novillero toda la tarde, completo en todos los tercios, derrochando valor y momentos de gracia, sabiendo resolver las dificultades y planteando una faena al que cerraba plaza digna de enmarcar por valor, arrojo y simpatía. Porque si en el primero de su lote perdió la oreja por utilizar mal los aceros, sin embargo en el último de la tarde la estocada propinada tiró por tierra al animal sin puntilla y los pañuelos exigieron de la presidencia los trofeos para el sobrino de Luis Francisco Esplá e hijo de su hermano Juan Antonio. Hasta el capote tiene el reverso de color verde en lugar del amarillo clásico tal y como lo llevaba su tío el recordado maestro Esplá. 
Y los novillos de Juan Ignacio Pérez-Tabernero Montalvo, que siguió desde la grada el festejo. y oyó cómo los espectadores aplaudían con fuerza a tres de sus toros en el arrastre, extraordinarios. Formidable el tercero por encastado y celo de embestir, merecedor del pañuelo azul y los otros tres bravos y nobles. Dieron en la báscula un peso de 380; 376; 410 kilos y 406 Kilogramos de peso. Así que creo que hasta el carnicero quedó contento esta tarde con el festival taurino de Villada.
Así que en Villada, en los toros de esta tarde no faltó de nada, pero nada de nada. Todo perfecto, todo en sintonía. Claro que mereció la pena acercarse a la bella localidad palentina en donde no nos dio tiempo ni a probar una pipa de las ricas que allí se envasan, pues tal fue el interés, gusto y torería demostrados que se pasó el tiempo en un santiamén, viendo un festejo bonito, respetable y donde apareció una vez más la madurez torera, la composición y el arte del diestro vallisoletano David Luguillano ante unos estupendos novillos de Montalvo.
Fotografías: José Fermín Rodríguez
(Galería gráfica del festejo en la sección de fotografías).
Maria dice
perdona Jesús, ese capote era de su padre, no de su tío, todavía se leía la J. Espla, me recordó Santiago tanto a su padre hace 40 años aproximadamente, ( Y así se lo hice saber) cuando empezaban a torear los dos hermanos por Castilla y Leon, de manos del difunto Luismi, para mi Juan A. era mejor torero, pero tuvo mas suerte Luis F. ! cosas del mundo taurino y que ahora también suceden ! A toda la familia Espla mi gran cariño y admiración
Federación Taurina de Valladolid dice
Gracias María por la puntualización. A cada cual lo suyo.