Arévalo, la ciudad de la Moraña está a punto de entrar en las fiestas anuales en honor a San Victorino que el ayuntamiento y el empresario adjudicatario de la Plaza, Martín Perrino Lozano, ponen en marcha para deleite y disfrute de la afición. Toros, encierros, capeas, concurso de recortes y rejones componen un variado programa taurino en la localidad de Emilio Romero, el maestro de periodistas e incansable forjador de opiniones en un tiempo casi olvidado.
El nuevo coso taurino levantado a la salida de la vieja carretera de Madrid, en un paraje de pinos y parque natural ya ha visto cómo su puerta grande ha sido traspasada por más de un diestro torero o rejoneador en victoriosa izada en andas y volandas de costaleros solícitos. Y en él en esta ocasión convocan una corrida de toros de El Pilar para Manuel Díaz el Cordobés; David Fandila El Fandi y Saúl Jiménez Fortes a celebrar el día 6 de julio, en tanto siete días después será una de rejones a cargo de los caballeros rejoneadores Fermín Bohórquez; Diego Ventura y Manuel Moreno, lidiando toros de Luis Terrón.
El día de San Pedro, 29 de junio, el XVI concurso de cortes «Ciudad de Arévalo» permitirá que se vean a los especialistas de esta modalidad en su arena disputando una nueva edición del popular concurso.
Martín Perrino, el hombre que da toros además en la plaza de Íscar y en la de Ciudad Rodrigo, por citar dos de las representativas de localidades más o menos cercanas, en nuestra Comunidad sabe y conoce los gustos de sus paisanos y ofrece todos los años desde que ejerce su actividad un menú taurino atrayente y digno de destacar.
Viene Arévalo un año más, y con lo que ello supone en tiempos de crisis y mudanzas, a ofrecer un espectáculo taurino de interés, con arreglo a las disposiciones económicas con que se cuenta, poniendo las mejores galas en ese escaparate de su feria taurina donde los toros corren por las calles en encierros seguidos por un alto número de participantes. Si a ello se une, además, la visita a la exposición denominada «Credo», abierta con motivo de las Edades del Hombre, acudir a Arévalo en estos días es casi una obligación para no perder detalle y además ser recibido con la hospitalidad de la que siempre han hecho gala los arevalenses.
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