La capital de la Moraña, Arévalo, mostró su afición a los toros este pasado sábado, con la plaza de toros hasta la bandera y las calles repletas de público para asistir al encierro. Por primera vez, con motivo de la festividad de la patrona la Virgen de las Angustias, el Ayuntamiento programó un festejo taurino como Toro del Cajón, que incluía la suelta de dos toros y una capea posterior con las reses del encierro y dos vacas más en la arena del coso arevalense. La acogida del público que abarrotó con su presencia el festejo taurino, a pesar del frío y el viento, fue inolvidable.
Un toro de la ganadería de Toros de Brazuelas, «Escudero», hizo una carrera limpia por el recorrido habitual hasta llegar a la plaza de toros; el segundo de Valdefresno llamado «Langosto» retrocedió por el trayecto del encierro, deteniéndose varias veces hasta que, barriendo talanqueras y vallas en la entrada del coso, por fin entró al albero. Por allí mi buen amigo Jesús Ramón Álvarez con otros samaritanos consiguieron aupar a un aficionado apretado por el morlaco en una de las talanqueras. A raíz de la entrada del segundo, el público que había visto el encierro entró en masa en la plaza hasta abarrotarla, con más de 5.000 personas allí congregadas.
En el transcurso del festejo, el público aplaudió los numerosos cortes y saltos que los toreros de fortuna protagonizaron con estilo, decisión, valor y alegría.
Los fuegos artificiales cerraron una jornada festiva en Arévalo dedicada a su Virgen de las Angustias.
Foto: GUILLERMO González.
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