Un año más revivió la tradición antigua de bendecir los trastos toreros para la temporada taurina por parte de los diestros que acudieron al Santuario de San Pedro Regalado en la Aguilera (Burgos), llevando sus esperanzas, su legítima obra y elevando su oración pidiendo la intercesión del santo más torero de todos, San Pedro Regalado. Después la Comunidad de Iesu Communio recibió a todos los integrantes de la comitiva en una de las dependencias monacales con la sinceridad y alegría que produce la vida contemplativa dedicada a la oración. Nada menos que casi dos centenares de monjas jóvenes cantaron, explicaron, escucharon, aplaudieron y rieron en una mañana plena de emotividad, donde no faltó ni la alcaldesa de Aranda de Duero Raquel González, ni el Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, Baudilio Fernández ni el capellán Fernando García de Blas, ni la responsable de la sociedad organizadora Lorena de la Fuente, ni los toreros Mariano Jiménez, José Ignacio Ramos, Joselillo, David Luguillano, Alberto Durán, Jarocho, Miguel Ángel Sánchez, Iván Chávarri, ni el Presidente del colegio de veterinarios taurinos de Burgos, ni picadores, ganaderos, ni los numerosos acompañantes, aficionados y medios de comunicación que presenciaron este emotivo y sincero acto de encomienda.
Todos juntos en la Aguilera celebraron un acto en donde no faltaron las palabras pronunciadas desde el atril del sagrado recinto por Miguel Ángel Sánchez pidiendo la bendición de capotes y muletas para comenzar esta nueva temporada dando sentido a una tradición a la que deberían sumarse todos y cada uno de los diestros toreros. Todo ello tras un recogido minuto de silencio por las víctimas de la familia de Gijón que encontraron la muerte en una casa rural burgalesa mientras dormían. Por su parte el sacerdote García de Blas, tras encomendar a Dios a la familia trágicamente rota, otro estupendo aficionado y digno representante del clero taurino, destacó la labor hecha por los toreros para restaurar el Santuario, recabando fondos económicos. El Delegado territorial de la Junta anunció un convenio a tres bandas entre el Ayuntamiento de Aranda, La Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid para aportar la cantidad de 300.000 euros que se precisan para salvar de su deterioro y consolidar este monasterio tan singular, de tan profundo significado y tan lleno de religiosidad y alegría como no habíamos visto nunca.
Capotes, muletas, estoques, estaquilladores fueron rociados con agua bendita lanzada con el hisopo por el sacerdote alrededor del altar mayor de este cenobio.
La mañana, cuyos momentos están aquí retratados por José Fermín Rodríguez, resultó cuando menos emocional, bella y llena de significado espiritual. Los toreros tienen en sí mismos también y con ellos llevan la fe en su esportón todos y cada uno de sus días, la esperanza por alcanzar las metas trazadas y el amor a su profesión. Esto también dignifica al hombre. Laus Deo.
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