Al fallecer fray Pedro de Villacreces en Peñafiel en 1422, Pedro Regalado fue puesto al frente de los conventos reformados a la estricta observancia. Su fama de santidad fue creciendo de forma rápida, llegando a atribuírsele la bilocación y se extendió incluso después de su muerte tanto entre el pueblo como entre las clases poderosas, llegando a visitar su tumba en el Santuario de la Aguilera la reina Isabel la católica. Él es el patrón de los toreros y por eso quienes están en ese mundo de la Tauromaquia pueden acercarse a la localidad y asistir a la tradicional bendición de los trastos.
Luego ya, cuando llegue su fiesta el 13 de mayo y se diga la coplilla: «San Pedro Regalado de la Aguilera/ préstame tu sombrerillo/ que el sol me quema» se celebrarán corridas de toros en honor de este benéfico patrón de los Toreros por muchos sitios de España y sobre todo en Valladolid, ciudad que tiene a este santo como Patrón.
Una coda de justo añadido
Para la restauración de este Monasterio se celebró el año pasado un Festival taurino en Lerma, de cuyo contenido se habló en este mismo periódico digital. Aquí está el enlace http://www.federaciontaurinavalladolid.com/joselillo-entrega-raza-y-triunfo-en-el-festival-de-lerma/.
Este festival obtuvo una recaudación que se destinó íntegramente a las obras del Monasterio. Y para recordar todo quienes lo hicieron posible fueron los miembros del Equipo de la Empresa Espectáculos taurinos y gestión que gerencia el diestro madrileño Mariano Jiménez.
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