Llega la hora de la entrada de un torero salmantino más en el escalafón de los diestros. Alejandro Marcos, de la Fuente de San Esteban, a quien tantas tardes hemos visto torear y apreciar en él la mejoría, el aplomo y el adquirir, festejo a festejo, la madurez necesaria para desenvolverse en esta dura, emocional y aguerrida vocación que ha decidido andar en su juventud, conformándose ya una nueva vida en su profesión.
Alejandro Marcos Iglesias toma la alternativa el día de Santiago, patrón de España, en la plaza de Cuatrocaminos en Santander de manos de José María Manzanares y con Talavante de testigo de la ceremonia ante los toros de Hermanos García Jiménez. Un acontecimiento singular para el joven torero, allí en la misma arena cenicienta donde sus paisanos José Ignacio Sánchez y Juan del Álamo lo hicieron antes y fueron doctorados también como diestros toreros.
Con un criterio más que memorable, ciento veintisiete años después de su inauguración como plaza en 1890, que ya ha llovido, lidiándose los toros del Conde de la Patilla por Mazzantini y José Sánchez «Caraancha», vuelve a darse un acontecimiento que seguro no defraudará al aficionado que acuda a la corrida. Es el toreo moderno, el de la evolución y el buen gusto, el temple y la estética el acompañamiento a este muchacho de la Fuente de San Esteban a quien Paco Cañamero le ha preguntado por su anhelo en la estación de los sueños y, entre otras cosas reconoce la labor desempeñada en su evolución por Juan José. «Tener a una persona de su talla no tiene precio y seguramente cuanto más tiempo transcurra más lo valoraré. Juan José ha sido fundamental en todo y poder beber de las fuentes de su pureza es un enorme privilegio. Es un hombre que goza de un inmenso respeto y consideración. Es un maestro».
Agradecido además y reconocido como sucesor en pinceladas salmantinas de Julio Robles, Alejandro Marcos entrará a formar parte en el grupo de los elegidos, con toda la ilusión y deseo del mundo y lo hará el día de Santiago, patrón de España y de aquí, como dicen los viejos de Ayllón.
Mucha suerte, torero, que la mereces.
Fotos: José FERMÍN Rodríguez
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