Una tarde espléndida tras el paso de la tormenta que descargó a mediodía en la villa saucana dejando la plaza con una zona de barrizal que impidió hacer el toreo con seguridad, debiendo los protagonistas descalzarse para no resbalar, menos de media entrada de espectadores en el monumental coso e interesante festejo en el que se han lidiado seis novillos pertenecientes a las ganaderías de Santa María de los Caballeros; Juan José Carretero; dos de Hermanos Boyano de Paz; El Carmen de Argujillo y Toros de Castilla de variado comportamiento, embestida, presencia y conformación anatómica. El que abrió festejo y el que la cerró excelentemente presentados, cuajados, duros y exigentes y entre medias dos de los Hermanos Boyano, terciados y uno del Carmen premiado con el pañuelo azul por su bravura, raza y acometividad.
Vamos a ir por partes en cuanto al resultado de las reses lidiadas: Abrió plaza un novillo grande, cuajado, bien presentado de Santa María de los Caballeros que resultó difícil y complicado para su lidiador.
En segundo lugar se corrió uno de Juan José Carretero, de Salamanca, bravo, enrazado, que embistió tan solo por el pitón derecho, con un pitón izquierdo imposible.
El tercero y el cuarto fueron de los Hermanos Boyano, aunque solo el corrido en tercer lugar, bravo aunque con escasa fuerza, accedía al concurso de ganaderías. Mejor el cuarto, con clase, aplaudido en el arrastre.
El quinto de El Carmen, el mejor del encierro, incansable, noble y bravo, premiado con la vuelta al ruedo en su arrastre.
El que cerraba corrida de la reciente ganadería Toros de Castilla, con encaste núñez, exigente, duro, muy bien presentado, también fue aplaudido cuando las mulillas lo llevaron al desolladero.
Los novilleros que dieron cuenta de esta semifinal del «garbanzo de oro» recibieron los siguientes trofeos: Jesús Álvarez, silencio; Manuel Triana, aplausos; Ignacio Olmos, una oreja; Alejandro Gardel, una oreja; Iván González, dos orejas y rabo; y Jesús Ángel Olivas, una oreja. Al final del festejo salió a hombros de la plaza el novillero de Salamanca, Iván González con las dos orejas y el rabo de su enemigo y un ramo de garbanzos de Fuentesaúco.
La verdad es que la promoción de chavales que quieren ser toreros lo llevan a gala en esta convocatoria del «Garbanzo de oro» que se celebra en Fuentesaúco ya por tercer año consecutivo, lográndose que acudan los espectadores a la plaza cada vez en mayor número, En esta ocasión los tendidos han estado ocupados casi en su mitad para ver la lidia de estos erales de diversa condición y origen.
La Presidencia del festejo corrió a cargo del Alcalde de la localidad, Gaspar Corrales quien la desempeñó con acierto y en la que los novilleros intentaron poner encima de la mesa de su coso las ilusiones que tienen para llegar a ser toreros, los anhelos, las ganas y el arrojo para estar frente a los novillos. Jesús Álvarez pechó con el novillo mejor presentado, grande y cuajado, aunque deslucido y difícil. Solventó la papeleta con oficio y en un momento de la lidia sufrió un revolcón que pudo revestir tintes de seriedad dada la condición armada del novillo. Toreó a media altura al ejemplar, pues no permitía someter su embestida por bajo. Un pinchazo y estocada y varios descabellos acabaron con el ejemplar de Fuentelapeña.
Manuel Triana que brindó al público la muerte de su novillo estuvo muy bien con la derecha, ligando un par de series con cierto mérito y calidad. El torero dio la distancia al ejemplar, con estilo, pero con la espada pinchó arriba antes de instrumentarle dos estocadas, una que hizo guardia, y la definitiva que mandó al desolladero al torete.
Ignacio Olmos obtuvo la primera oreja del tarde por una faena de mérito, valiente, entregada, rubricada con una estocada entera. Olmos pese a su faena larga, destacó la clase del ejemplar de los Hermanos Boyano e hizo muy bien las cosas tanto con el capote como con la muleta. El único pero la escasa fuerza del novillo.
Alejandro Gardel, con estilo y estilizado, compuso la figura con cierta gracia ante el bravo novillo de los Boyano. Le toreó bien y mató de estocada casi entera, algo contraria y desprendida con lo que precisó de un par de golpes de verduguillo, recibiendo una oreja del respetable.
Iván González, el novillero de Salamanca, fue el triunfador por número de trofeos. Con la muleta pese a recibir algunos enganchones que afearon su torería, logró arrancar las más fuertes ovaciones del tendido, sobre todo con una serie por el pitón izquierdo llena de profundidad y temple. Tras lograr una estocada entera, dirigido por Julián Guerra desde la barrera que le gritaba «¡como Perera!» en exageración notable, la petición de orejas y rabo fue mayoritaria.
Por último toreó Jesús Ángel Olivas un núñez duro, encastado, difícil, exigente y rápido como una centella de la ganadería propiedad de Morenito de Aranda. Un novillo bien presentado que iba largo y se revolvía en un santiamén , dando a la lidia una emoción que no se había tenido hasta la fecha. El muchacho demostró valor, arrojo y entrega, superando la dificultad del toro que fue aplaudido en el arrastre tras pasaportarle de una estocada entera.
Y mañana la gran final en la que intervendrán los dos mejores novilleros en la tarde de hoy, a juicio del jurado constituido al efecto. Iván González e Ignacio Olmos se disputarán mañana el mérito y el galardón garbancero ante los novillos de Santa María de los Caballeros.
Fotos: José FERMÍN RODRÍGUEZ.
Nestor Gerardo Rodriguezc dice
La importancia de estos festejos menores radica en proyectar las nuevas promesas de la toreria, quienes serán el relevo de las actuales figuras, con las novilladas se esta cuidando el futuro promisorio de la fiesta, sigan adelante y muchos éxitos, con mas novilladas para las nuevas generaciones de toreros, …
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