Si algo hay que destacar en la tarde de hoy en el coso de Arévalo es la magnífica, bien presentada , cuajada, toda ella cinqueña y brava corrida de los Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez destinada al bello arte del rejoneo. Tanto es así que al primer toro se le premió con el pañuelo azul por su bravura y juego y el resto de sus hermanos fueron aplaudidos en el arrastre, reconociendo el soberano público asistente el excelente juego, nobleza, bravura y acometividad unidas de las reses de Monterubio de la Sierra (Salamanca).
Más de media plaza rozando casi los tres cuartos de espectadores que aplaudieron, se divirtieron y entretuvieron con un festejo del Bello arte del Rejoneo donde no falta casi de nada, anécdota incluida.
Además de dos de los caballeros rejoneadores que salieron por la puerta grande, sacaron también los costaleros a hombros al empresario de la Plaza, Valentín, quien llevaba alegría por dentro y por fuera tras ver el resultado de su gestión como empresario por primera vez en Arévalo y al que le reconocieron de esta manera su esfuerzo y trabajo en la organización del festejo con lo que acompañó a Ventura y a Rui Fernandes por la puerta grande.
Una oreja cortó el hijo Guillermo, de Pablo Hermoso de Mendoza al tercero de la tarde, muy por debajo de sus posibilidades, fallando estrepitosamente con los rejones de muerte ante el cinqueño que cerraba plaza y festejo.
Rui Fernandes, vestido a la federica, como todo rejoneador portugués enceló al primero de la tarde y banderilleó a una mano quebrando al toro en un palmo de terreno con escorzos muy ajustados. Pinchó en su primer intento de dar muerte al ejemplar de Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez antes de finiquitarlo con otro rejón de muerte algo caído. Recibió una oreja del palco y tardiamente el Presidente sacó el pañuelo azul para premiar la bravura del toro, cuando ya las mulas enfilaban la puerta de arrastre. De esta manera pese a resultar premiado, al toro ya no se le dio la vuelta al ruedo. En el toro de la merienda anduvo el rubio caballero Rui Fernandes decidido y logró cortar otra oreja tras su faena, garantizándose así la salida por la puerta grande de la plaza.
Diego Ventura salió frente al primero de su lote con la garrocha campera y, tras brindar al empresario de la Plaza, el gerente del Coso de Misericordia S.L recogió el toro a boca toril. Con Nazarí estuvo espectacular en banderillas y con Lío dos quiebros impresionantes por lo ajustado pusieron a la plaza en pie y a revienta calderas, como se dice en el argot. Pinchó con los aceros y descabello al primer intento habiendo echado pie a tierra. Una oreja fue su bagaje.
Pero llegó el quinto, por aquello de no hay quinto malo, y Ventura salió a por todas. Tanto es así que su faena espectacular, quebrando en la cara, toreando por dentro y excepcional par a dos manos sin la cabezada del caballo. Su gran faena digo tiene dos manchas difíciles de borrar: Una circunstancial, como fue el ojal que le hizo al toro al partirse el rejón de castigo y la otra mandar al subalterno que le cortara el rabo al ejemplar, mientras que el Presidente indicaba que dos orejas era el premio, tras su faena. Entre el griterío y algarabía del público, Ventura le pide a su subalterno: «Córtale, córtale» y con él fue paseando y exhibiéndolo en su vuelta triunfal. Creo que Ventura, el excepcional y grandioso rejoneador no necesita rabos de Arévalo, sino que su toreo, su modo de cabalgar, de torear y de explosionar con el público es más que suficiente para considerarle el número uno en esta disciplina del Arte de Marialva, pero la acción de ordenar cortar el rabo denota que al Presidente de la Plaza de Arévalo no se le tiene respeto.
Y Guillermo Hermoso de Mendoza cerró la corrida con «justiciero» un caballo tordo con el que colocó las rosas arriba del morrillo, siendo muy aplaudido y vitoreado, ante un gran toro de Sánchez y Sánchez pero fallando con el estoque de muerte estrepitosamente, se le fue el premio por el Adaja y el Arevalillo abajo. Una pena.
Por lo demás, estupenda la tarde que hoy nos han ofrecido en Arévalo unos empresarios jóvenes e ilusionados que han puesto lo mejor de su parte, el trabajo y el buen hacer para ofrecer un festejo de categoría.
FICHA DE LA CORRIDA:
Plaza de toros de Arévalo. Más de media plaza. Toros cinqueños de Herederos de Sánchez y Sánchez, bravos y encastados, el primero de ellos premiado con el pañuelo azul y el resto aplaudidos en el arrastre para
Rui Fernandes, oreja y oreja
Diego Ventura, oreja y dos orejas (y rabo).
Guillermo Hermoso, oreja y silencio.
Fotografías: JOSÉ FERMÍN RODRÍGUEZ
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