Contento y felicitado salía de la coqueta Plaza de Guijuelo el ganadero Moisés Fraile por el juego de los seis toros que hoy trajo a la Villa salmantina del jamón y que dieron el triunfo a los espadas que se enfrentaron a ellos, al salir por la puerta grande al término del festejo. Los animales, cuajados, bravos y nobles, con excelente presentación apretaron en el caballo con alegría, metiendo los riñones e incluso el sexto, un «potrico» de 560 kilos, grande y enmorrillado derribó al jaco. Fueron aplaudidos en el arrastre los corridos en 1º (medinoso), 3º(niñito), 4º (campanero), 5º (Bilanero) y 6º(potrico) y pitado el flojo segundo. Una tarde de toros pasada en Guijuelo entretenida y amable, con detalles durante todo el festejo que congracian a los aficionados y devuelven a la lidia la brillantez y el espectáculo que nunca debió perder. Un detalle: Los areneros de la plaza esperan a ejercer su labor de alise en el piso hasta que el alguacilillo no entrega las orejas al matador, en quietud respetuosa. Otro más: la pizarra anunciadora del nombre del toro, el peso, el guarismo de marca y la ganadería, señalando a los espectadores tal contingencia. Además, antes de iniciar el paseíllo, la banda de música interpretó el himno nacional de España, con todos los profesionales en la formación y los dos alguacilillos a caballo, corroborado por una ovación estruendosa del público.
Y una cosa hay que decir antes de nada. El empresario de la Plaza José Ignacio Cascón cree en la fiesta y la ama profundamente, trabaja por ella y es capaz de darle los matices que en otros sitios están prácticamente perdidos, como se ha demostrado esta tarde en Guijuelo, a plaza llena. Gracias José Ignacio por ese valor y valer.
Manuel Jesús El Cid (oreja y oreja), atropellado sin mayores consecuencias que un golpetazo en la cara, a la altura de la sien, que le hizo pasar al enfermería al terminar su lidia, por el cuarto de la tarde, un toro grandón, y bravo que se le coló por el pitón izquierdo en los lances de capote, pero que con la lidia supo corregir el buen diestro de Salteras. El Cid, sobreponiéndose al dolor, hizo una faena elegante, seria, templada, llena de emotividad, con ambas manos, corroborada la misma con una estocada entera, tras un pinchazo sin soltar. Si ya en su primero había estado con la mano izquierda muy aseado aunque un chusco le gritara desde el tendido: «¡Ponte de frente, coño«!, Manuel Jesús dio los mejores y más estéticos muletazos de la tarde. Hondos y con temple. Hay dos trincherillas de cartel al terminar la faena con una casi entera y descabello tras recibir un aviso.
Iván Fandiño (aplausos y dos orejas) le tocó de segundo el peor del encierro, el más flojo, casi inválido, acalambrado y que arrastraba una de su patas ostensiblemente. El animal se defendió en todos los tercios y Fandiño quiso pero no pudo, tirando por la calle del medio y enviando al desolladero al ejemplar del Pilar de una estocada entera. Pero el de Orduña se sacó la espina ante el quinto, un bravo ejemplar, al que pareó bien Pedro Lara. Brindó al público la muerte del toro y su faena estuvo entregada en todo momento. Con ambas manos llevó al animal haciéndolo girar alrededor de su talle con galanura y majeza. Una estocada entera, un pelín trasera, acabó con la vida del animal y el público pidió con fuerza las orejas que se le concedieron.
Juan del Álamo, (dos orejas y oreja), el salmantino, toreó en redondo a su primero con primor y elegancia. No faltó el desplante de rodillas delante de la cara del toro, ni tampoco la estocada con achuchón incluido que lo lanzó al suelo. Ante el sexto, un toro que iba largo y de largo le midió de manera intermitente, con pases muy agradables y otros más deslucidos. Un toro que brindó al alcalde del municipio,merecía haber sido toreado con más suavidad y en la distancia que pedía la res. Aunque cuando le lanceó con el capote, el toro echó las manos por delante,como si adoleciera de fuerza, pero el ejemplar se fue creciendo con el castigo y rompió a bueno en la muleta. Una faena valerosa, de oreja, con ciertos altibajos que con la cortada ante su primero al que lidió muy bien y realizando un quite bello con tres chicuelinas ceñidas y una revolera de remate, le sirvió para acompañar por la puerta grande a sus compañeros de cartel.
En resumen, una estupenda corrida de toros de Moisés Fraile echada hoy en Guijuelo, triunfo de los toreros, y una organización modélica de la que es responsable el ledesmino José Ignacio Cascón y así da gusto ir a ver toros.
Fotografías: José FERMÍN Rodríguez.
Deja una respuesta