La organización y puesta en marcha de una novillada sin picadores en estos tiempos que corren más parece milagro patente que otra cosa dadas las circunstancias económicas por las que atraviesa este sector. Sin embargo, hoy en Íscar Santiago Garay, el taurino viejo, aficionado a carta cabal y captador de nuevos talentos en esto de los comienzos toreros había preparado junto a la empresa Nuevos lances taurinos una novillada sin caballos para tres novilleros que empiezan en esto de la Tauromaquia. Pese al frío mañanero que hizo bajar la temperatura ambiente, la plaza cubierta de Íscar a las cinco de la tarde era buen sitio en donde apreciar y conocer la marcha de tres chavales, Alexis Sendín, Igor Pereira y el novillero local Darío Domínguez. Los tres hacían su presentación vestidos de luces en Íscar para dar cuenta de cuatro novillos, dos de Gómez de Morales y otros dos del Niño de la Capea con el hierro de Carmen Lorenzo, ante un cuartillo de plaza.
El resultado artístico se fija en una oreja para cada uno de los dos primeros y tres para el iscariense que fue sacado a hombros por la puerta grande, premio excesivo a juzgar por lo visto en sus evoluciones, faltas de la experiencia lógica y de una actividad más dedicada.
Los erales de Gómez de Morales, lidiados en primer y tercer lugar, fueron aplaudidos en el arrastre especialmente el que abrió plaza y festejo, un animal bien presentado, lustroso y con bravura en su genética. Lo mismo se diga del colorado que lidio Pereira, el muchacho afincado en Cantalejo( Segovia), pero brasileño de Sao Paulo, con brío, nobleza y encastado.
Los dos murubeños del Capea, bravos y nobles aunque algo más dispares en cuanto a presencia y trapío recibieron en el arrastre también los aplausos del público.
De los tres muchachos me ha gustado el sitio de Alexis Sendín, queriendo hacer las cosas con entrega y valor, además de cierta compostura en ocasiones desairada por el atragantón del novillo que llegó a conmocionarle de un golpetazo en un momento de la lidia. El muchacho se levantó y trastabillándose cayó desplomado junto a la barrera como consecuencia del sopapo. Las asistencias le quitaron la chaquetilla y el agua milagrosa obró el milagro de la recuperación. Sendín había recibido a porta gayola al burel que le exigió y desarmó en un momento del trasteo. Bien en la brega su peón de confianza, vestido de grosella y azabache que lidió fenomenalmente con el capote. La faena la brindó al público y a una niña pequeña que se encontraba en el tendido a la que dijo: «Por ser tan especial para mí, te brindo la muerte de este toro». La faena de muleta tuvo cierta ligazón y tras perfilarse para matar, logró una estocada algo trasera, recibiendo una oreja de la Presidencia pedida por el público.
Darío Domínguez, el local que ha empezado en esto hace escasamente un año, toreó los dos erales de San Pelayo y calentó desde el inicio a sus paisanos con unas largas de rodillas en el primero de su lote. Igor Pereira hizo el quite muy pinturero y valiente al que respondió Darío con otro por tafalleras y remate a una mano, poniendo de nuevo el pique entre los toreros.
David Picón clavó en este un buen par de banderillas.
El muchacho brindó a su cuadrilla la faena y empezó de hinojos. Estuvo más aseado con la mano diestra que con la siniestra. Vimos un cierto estilo arqueando la cadera y vaciando la embestida del torete en los remates de las series, aunque no se prodigó demasiado con la zurda. Al noble novillo lo despachó de una estocada delanterita por lo que precisó de varios golpes de verduguillo para acabar con el animal. Pese a sus reiterados intentos para despenar al eral, se le concedió una oreja que agradeció tras la vuelta al ruedo saludando a sus paisanos desde el centro del ruedo acompañado por una niña de unos tres o cuatro añitos que correspondió también al saludo de su torero.
En el que cerraba festejo, lo recibió con tres largas de rodillas y en uno de los momentos el animal se lo echó a los lomos dándole un ris rás a la altura de la pantorrilla, desgarrándole el traje, bien es verdad que sin consecuencias para él. Luego la faena la desenvolvió con cierta majeza y tras pinchar, logró una media estocada que echó patas arriba al burel. El griterío de los espectadores pidiendo los trofeos para el muchacho resonaba en la plaza como consecuencia del cierre de la cubierta, concediéndosele las dos orejas del ejemplar.
Igor Pereira, el muchacho brasileño afincado en la localidad segoviana de Cantalejo muestra quietud en su forma de torear. Puso él mismo banderillas al torete, con un par al quiebro de notable mérito y aplaudido. El muchacho brindó su faena a los Capea, padre e hijo, presentes en la novillada. Mostró buenas maneras en la ejecución de su toreo, y aunque todavía falte tiempo de madurez con la mano izquierda mostró un fundamento original sometiendo al animal. Su faena, aunque fuera de más a menos, estuvo bastante aseada. propinó una estocada al de Morales algo caída que resultó fulminante, recibiendo una oreja.
En resumen, una entretenida novillada por aquello de abrir boca por la tierra para ver a unos muchachos que aspiran a ser toreros, la savia nueva que tanto se anhela y se busca, donde las reses de Gómez de Morales han sido bravas y encastadas, nobles y bien presentadas y los erales murubeños del Capea bravos que han servido para dar lección a tres chavales ante un cuartillo de plaza que los aupó y aplaudió merecidamente.
Fotos: José SALVADOR
En la sección de FOTOGRAFÍAS, reportaje de José FERMÍN RODRÍGUEZ
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