Esta vez y para cierre de las Jornadas de la Federación se había programado el estreno de un cortometraje cinematográfico titulado «Tauromaquia de las extremidades», de cuya autoría el doctor Juan José Márquez Alonso dio las explicaciones pertinentes al auditorio que acudió a la cita en el salón de sesiones de Caja España. La proyección, hecha tras la exposición breve a cargo de su autor, ataviado con camisa blanca fue atendida con expectación por el público y aplaudida fuertemente al aparecer los títulos de crédito finales. La verdad es que le Fundación Juan José Márquez es la propietaria de este corto documental, expresivo, lleno de poesía, emocionalmente bello y sentimental además de artístico y con perfecta sonorización. Y el protagonista del mismo son ni más ni menos que los dibujos del pintor taurino madrileño César Palacios quien también habló de la obra que se estrenaba en Valladolid para cerrar los actos culturales de este año.
Las patillas características, de boca de hacha, de César Palacios al que le dan una fisonomía imperdible, el cual desde su burladero en la plaza de toros de las Ventas dibuja, pinta, aprehende el momento, la intensidad, el quiebro, la zalamería, la anécdota, el riesgo, el triunfo… de los toreros ante el toro bravo, captaron la atención de algunas de las personas jóvenes que reconocían a un hombre incardinado ya entre los personajes taurinos de Madrid. Pero César Palacios que venía al acto de clausura de la Federación por sus dibujos recogidos en la obra que lleva el mismo título que el propio cortometraje, tras agradecer la invitación para asistir a las reconocidas jornadas vallisoletanas, mostró su lado de aficionado cabal, capaz de plasmar el instante de la belleza de un pase, de una estocada, de un puyazo.
También estaba en la mesa el poeta Luis Ángel Sánchez quien es el creador de los poemas que adornan la publicación y la película. Sus palabras emocionantes y bellas calaron entre los presentes y un escalofrío, estremecimiento tenue, recorrió el corazón de muchos, escuchando sus creaciones, breves, frágiles y efímeras en cada tercio de la lidia.
En la amplia y generosa mesa, moderada por Domingo Nieto, estaban también los matadores David Luguillano y Jorge Manrique quien destacaron en sus palabras la importancia que ha tenido y sigue teniendo para ellos el juego eterno con el toro. Uno ha sido y el otro es, todavía en activo, toreros de empaque y categoría.
Por su parte el Delegado Territorial de la Junta, Mariano Gredilla, en la clausura de la jornadas recordó unas palabras del reciente premio nobel de literatura Vargas Llosa hablando de los toros y de su importancia única e irrepetible en la vida de España, sobre todo ahora que tan denostados y atacados se encuentran. Gredilla comprometió el apoyo de la Junta de Castilla y León a la fiesta de toros.
Como colofón de esta «tauromaquia de las extremidades», Castañeta y Faustino Dueñas interpretaron unas malagueñas al cante y unos tientos flamencos llenos de expresividad. Carlos Castañeta puso el alma en su interpretación y la verdad que aquella coplilla, «Un torero de Valladolid, Fernando Domínguez le dio dos verónicas y media a un toro de Concha y Sierra» surgió de su garganta clara, con voz rasgada, emoción a raudales… con un brindis y dedicatoria final al doctor Grajal presente en la sala, se echó el cierre a estas XV Jornadas taurinas de Valladolid.
Más tarde en el restaurante Asturiano de la Plaza de los Arces se compartió el pan y la sal en una cena de hermandad, en la que todos alzaron sus copas por el éxito de la siguiente edición.
Y en el recuerdo de todos, las imágenes vistas de un reportaje cinematográfico esencialmente bello que echó el cerrojo del portón del aire para abrir el de la verdad y un cante rasgado sacado de lo más profundo del corazón. ¡Que Dios reparta suerte!.
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