A punto de bajar el dedo San Juan, el Bautista, precursor de Nuestro Señor Jesucristo y anunciador de la llegada del Mesías, llegan las ferias taurinas del verano con toda la explosión festiva de música, ruido, alegría y… toros.
Burgos se viste de gala para empezar su feria que lleva a dos de los pilares de la Iglesia, Pedro y Pablo, y lo hace con un cartel de toros inolvidable, rico y merecedor de seguimiento. Aquí Tauroemoción. la empresa que regenta el coso cubierto de El Plantío, ofrece sus espectáculos del más alto nivel un año más.
También Zamora, la ciudad de Doña Urraca, en su feria del ajo ofrece una feria de menor entidad y duración que la burgalesa pero partida en dos fines de semana, coincidiendo su corrida de toros con otros espectáculos en lugares de la Comunidad, con lo que hay oferta para todos. Y no me olvido de León que pone a San Juan en el arranque de su feria taurina.
Es importante, sin ninguna duda, que haya festejos taurinos y toreros en todos estos sitios, sobre todo para paliar aquellas ausencias obligadas debido al virus que mantuvo encerrada a la gente y con los cerrojos de las plazas de toros sin descorrer. Y cuantos más, mejor, pues ya decía un viejo alcalde de uno de los pueblos emblemáticos de Valladolid que «En un pueblo una fiesta sin toros es una fiesta muerta».
Y aquí en Valladolid, capital, llega el momento de presentación de carteles de su feria en honor de Nuestra Señora de San Lorenzo.
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