Revoló la tragedia en el coqueto coso de Pedrajas de San Esteban en la primera de las novilladas del llamado «Piñón de España» para novilleros con caballos cuando el segundo de la tarde, «alamito» de la ganadería de Rio Grande empitonó al novillero francés Carlos Olsina al comienzo de su faena de muleta, clavándole el pitón a la altura de la ingle, en muy mal sitio, cornada de la que fue operado de urgencia en la enfermería de la plaza por el doctor Nabil Al Chaab y trasladado en ambulancia hasta el Hospital Río Hortega de la capital vallisoletana donde quedó ingresado con pronóstico grave. No obstante y para tranquilidad de todos, la arteria femoral no fue seccionada por el pitón que entró en la pierna del muchacho, aunque sí produjo destrozos musculares en el animoso novillero francés. Incluso por los altavoces de la plaza se tranquilizó a la concurrencia al advertir que la cornada no había sido de la gravedad que en principio se temió, pues el instante en que quedó colgado del pitón del toro se hizo eterno.
Otro incidente ocurriría también con el subalterno José María Lázaro quien al banderillear al último de la tarde sufrió una fractura del metatarsiano, teniendo que ser también intervenido en la enfermería de la plaza. El banderillero, cojeando pudo saltar al callejón para evitar la cogida, pero allí quedó sin poderse mover hasta que las asistencias lo trasladaron a la enfermería.
Se puede decir, sin temor a errar que la novillada que abrió la feria de Pedrajas ha sido de piñón amargo para estos dos protagonistas.
Pero el piñón dulce, apetitoso, grande, premial y gratificante fue para Miguel Senent «Miguelito», el torero valenciano que con arrojo, decisión, entrega y ganas de novillero se metió al público en el bolsillo sobre todo ante el sexto de la tarde, al irse a portagayola a recibir al burel, cuando ya tenía cortadas dos orejas y abierta la puerta grande de Pedrajas por sus méritos en la lidia de los anteriores. El público le aplaudió, le reconoció el esfuerzo y le animó en todo momento de su faena, hasta tal punto que cuando la estocada entera despenó al Cahoso con el hierro de Río Grande, otras dos orejas le fueron concedidas por el Presidente de la corrida, el pedrajero Javier Fernández Cisneros. Además había brindado, con muy buen criterio, a la cuadrilla de su compañero herido Olsina, lo que dobló el mérito del muchacho.
Con la cogida de Carlos Olsina, la corrida quedó en un mano a mano entre el francés Maxim Solera y el valenciano Miguelito que, por trofeos se llevó el gato al agua y el triunfo de la tarde, éste al matar el 5º y el 6º de una tarde más que accidentada en Pedrajas de San Esteban. Los novillos, broncos, acusando el encierro, aquerenciados en general en la puerta de corrales y cantando la gallina más de lo debido, con presentación dispar, en una escalera de poco fuste, salvo el quinto y sexto de la tarde, los dos mejorcitos del encierro, que propiciaron que la tarde se viniera arriba y se animara un tanto para el espectador.
Muy bien el banderillero Carlos Donaire en la lidia y en el par de banderillas que le colocó al quinto de la tarde, asomándose al balcón y por el que fue obligado a saludar por los aplausos del entendido público pedrajero.
Al francés Maxim Solera se le ve placeado, con oficio, sabiendo qué hacer en todo momento, aunque luego con los aceros resultara una calamidad al pinchar reiteradamente a sus tres enemigos que le tocó despachar. Estuvo muy digno y en el sitio con el manso cuarto y con el que abrió plaza, recibiéndole de rodillas e iniciando así la faena de muleta brindada al público. Poderoso y en el sitio, el torero francés estuvo digno y solvente, sin acusar los achuchones del toro, pero muy fallón con los aceros. Los aplausos de reconocimiento lo despidieron de la plaza, mientras su compañero Miguelito salía a hombros por la puerta grande con cuatro orejas en su esportón y la sonrisa satisfecha en los labios por el triunfo.
Y es que hoy en Pedrajas se ha podido ver la Cara y la Cruz de una fiesta que guarda y se refleja en su misma grandeza.
(Comunica la empresa que mañana José Ángel Corbacho, lesionado, será sustituido por Alberto Pozo en la de Raso Portillo)
FICHA DE LA NOVILLADA:
Primera de Feria en Pedrajas de San Esteban. Media entrada.
Seis utreros, desiguales de presentación, mansos y descastados, excepto 5º y 6º, nobles y bravos, con fuerza justa, de Río Grande para
Carlos Olsina, cogido por su primero.
Maxim Solera, vuelta, aplausos en el que mató por Olsina y aplausos.
Miguelito, Oreja, oreja y dos orejas.
Fotografías: NATALIA CALVO
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