No equivocamos la apreciación recibida y hecha pública en la anterior crónica del Bolsín de Zamora, cuya final se llevó a cabo en la plaza de toros de Toro, pues el Jurado por unanimidad adoptó la decisión de premiar como ganador de este certamen al novillero madrileño Carlos Ochoa.
Carlos Ochoa, torero menudo y fino de cabos, encandiló al público en la faena de muleta ante la utrera de Santa María de los Caballeros que le tocó en suerte, siendo lidiada como segunda de la tarde. El jurado también declaró finalistas a Luis Pasero, de Toledo y al mexicano Mario Sescosse por su aseada labor torera ante las vacas de la misma ganadería.
Carlos Ochoa, un joven novillero madrileño que ya resultó finalista el año pasado en el Certamen de Tentaderos «Ciudad de los Almirantes» ha sido triunfador merecido de este bolsín que ha tenido a una veintena de participantes muy preparados y con el resultado de una organización modélica y brillante la protagonizada por el Foro taurino zamorano. La faena de Ochoa resultó maciza, plena de orden y temple, manifestando un gran toreo clásico, al doblarse con la vaca como un junco y armonizando la acompasada embestida del animal con la postura natural, no forzada, del cuerpo del torero.
Nos alegra ver que Carlos Ochoa, al igual que el resto de sus compañeros participantes en el Bolsín zamorano hayan protagonizado una gran tarde de toros y obtenido este importante galardón que le premian con una novillada sin picadores, vestido de luces.
Foto: José SALVADOR
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