Carlos Ochoa, el novillero madrileño que participó en el Certamen «Ciudad de los Almirantes» de Rioseco y su Escuela, obteniendo un resultado estupendo y ganarlo en su V edición, va a hacer el paseíllo en Madrid mañana miércoles completando terna con Leo Valadez y Enrique Colombo. En el momento de escribir estas líneas, 24 horas antes del festejo, ni sabemos del resultado, ni tenemos conocimiento de la crítica recibida por este muchacho que vino a Valladolid con toda la ilusión y esperanza del mundo con sus trastos de torear.
Carlos Ochoa ha sido entrevistado largamente en Madrid por el Servicio de comunicación de Plaza 1 las Ventas y, algunas de sus respuestas ofrecen el poso, razonamiento y temple que luego muestra con la muleta en la mano ante los novillos. Una de las cosas destacadas del madrileño ante la pregunta del recuerdo de personas en día tan especial explicó: «Claro que ha habido personas y circunstancias. Sobre todo personas a la contra que te ponen la zancadilla, que te ponen piedras en tu camino, siempre las hay y cuando las cosas van saliendo bien, pues más, con más personas, más piedras y más zancadillas. Esa gente, en vez de venirme abajo, a mí me ayudan a motivarme más a venirme más arriba pero el día de Madrid sólo voy a acordarme de mi gente, de todo lo que llevamos pasado, de todos los esfuerzos que llevamos hechos, y la gente que verdaderamente ha estado ahí desde el principio. Son la única gente que me van a preocupar y que van a pasar por mi cabeza en Madrid».
Su camino hasta aquí ha tenido callos y durezas en los pies como no podía ser menos: «Ha sido muy bonito pero sí, sí ha sido duro. Cuando debutas con picadores que fue el año pasado pues ya lo primero te encuentras al toro, porque hoy en día las novilladas son corridas de toros en cualquier sitio y tienes que estar preparado para el toro. Pasas del becerro casi a un toro de cualquier plaza. Eso es lo primero que te impacta pero bueno si estás mentalizado y preparado mentalmente para encontrarte al toro, a mí personalmente me ha venido mejor la embestida del toro picado que la del eral. Para mi concepto yo creo que ha sido mucho más favorable. Es cierto que la rivalidad ya no es la misma, ya hay intereses de mucha gente, cuando las cosas empiezan a salir bien ya no se te puede resbalar un pie, las presiones son muy grandes y hay que hacer el esfuerzo todos los días. Y además yo que camino de forma digamos solo con el maestro Rafael de Julia. Independientemente de nadie más nos hemos tenido que ganar todo día a día, golpe a golpe, en cualquier plaza, aunque fuera más modesta había que puntuar, no solo por orejas sino de sorprender de que la gente hablara, de nunca, nunca parar, nunca soltar el acelerador y eso cuesta. Al fin y al cabo hay que estar muy preparado, mentalmente sobre todo».
Ya dejó su tarjeta de visita el pasado 2015 abriendo la puerta grande de las Ventas por una faena de entrega, mérito, temple y galanura.
Suerte mañana y siempre, Ochoa, que te lo has ganado.
Fotos: José Fermín Rodríguez /Archivo Federación y El Mundo.
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