La edición XXI de las Jornadas taurinas de la Junta de Castilla y León, celebradas en la sede de la Filmoteca regional de Salamanca, han supuesto una desilusión, al no poder acceder ningún torero, ganadero, aficionado, crítico taurino o informador a las mesas convocadas por la organización, con el fin de aportar ideas, servir a la causa taurina y colaborar en su mejora, ya que éstas han sido cerradas a cualquier participación externa salvo que no fueran las personas convocadas en el manifiesto de programación.
Únicamente pudimos asistir a la apertura de las mismas y al cierre. Las palabras del inicio de estas retomadas jornadas en su vigésimo primera edición estuvieron a cargo de José Rodríguez Sanz-Pastor, el Secretario general de Cultura, quien destacó la importancia de la Tauromaquia como recurso económico y medio ambiental para Castilla y León y fundamentalmente para Salamanca. Explicó los pormenores de las dos mesas técnicas convocadas, una «Estrategias para el diseño de actuaciones de promoción y divulgación de la Tauromaquia»; y la segunda,»Revisión del sector de la Tauromaquia desde la economía de la Cultura».
La nueva estrategia diseñada aleja en cierta manera a muchos interesados en el asunto del fomento y divulgación de la Tauromaquia, al limitar la presencia tan solo a las personas convocadas.
El acto de cierre y central de las XXI Jornadas de la Tauromaquia de Castilla y León, ha sido la conferencia impartida por el torero Luis Francisco Esplá, titulada «La Tauromaquia en la encrucijada», pronunciada en la Casa de las Viejas, justo al lado de una exposición increíble, espléndida, magnífica de «artilugios para fascinar» del cineasta Basilio Martín Patino. No obstante, algunos tuvimos la oportunidad de contemplar, dirigidos por una experta mano que nos explicó con detalle la muestra y el contenido de dichos fondos, como fue la Directora de la Filmoteca, la Señora Conesa.
Esplá en su intervención clamó por el ejemplo francés e increpó a las empresas apuntando que en España el toreo sólo está regido por la economía: «Es difícil ponerle precio al arte». «El público está distante de un espectáculo que tiene la emoción como principal motor. Si la emoción se pierde...«, se lamentó y concluyó diciendo que antes ningún torero se parecía, todos eran diferentes y ¡todos funcionaban!. Y defendió a las Escuelas: «Es triste ver como hay jóvenes con 30 ó 40 años que terminan sus carreras y no saben qué hacer en la vida; cuando hay niños que con 10 ya tienen claro que quieren ser toreros. La sociedad tendría que cuidar a estas criaturas».
En cualquier caso, si estas actividades con el toro de lidia son patrimonio cultural de todos los castellanos y leoneses y un legado intergeneracional dentro de una tierra de toros y toreros, como declaró el Secretario General de Cultura, bien estaría idear una forma de mayor apertura y participación activa a los interesados.
Teresa dice
ha sido vergonzoso y para colmo la conferencia de el maestro Espla a las cinco de la tarde, no pueden hacer las cosas peor, pero claro como esto se hace con dinero publico pues no pasa nada, al genio que ha ideado estas jornadas con este formato espero que no vuelvan a contar con él.