Clemente Castro «Luguillano» cumple hoy 90 años de vida, toda ella dedicada a la fiesta de los toros y que tiene a su hijo David como el diestro vallisoletano en activo en la actualidad.
Casi un siglo ya de vida por este mundo desde que naciera allá en Mojados, Clemente fue novillero y el primer Luguillano torero. Pero antes fue estudiante en Salamanca, donde fue para estudiar la carrera de Comercio.
Sentimiento, sencillez y emoción son tres de los aspectos registrados entre el numeroso público que llenó en febrero de 2021 el Salón vallisoletano de Caja España para tributar un homenaje rendido por la Federación taurina de Valladolid a la dinastía de los Luguillano, elenco familiar de toreros cuya cabeza ostenta Clemente Castro, «Luguillano el grande» como apareció en los carteles de las ferias taurinas- a quien en diversos momentos del acto embargó la emotividad, llegando al agradecimiento sincero en nombre de su familia.
Hoy seguro que su hermano Santiago ha vuelto a leer con las gafas de su hermano, una carta del 14 de marzo de 1962 que aquel remitió a éste en la cima de su carrera taurina y antes de intervenir en una corrida de toros, diciéndole que «no se apartara del toro como si fuera el camión del viejo» (un camión GMC de ocho ruedas que tenía el padre de los Luguillano para su trabajo). Santiago, un hombre bueno, al que la desgracia de una cogida en Madrid le apartó del triunfo, del éxito y de la riqueza del toreo, que llegó a salir siete veces por la puerta grande de las Ventas y en la actualidad profesor del la Escuela taurina de Rioseco, reconoce a su hermano Clemente con el afecto y el cariño de una familia taurina.
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