Si la Ciudad de los Almirantes merece un reconocimiento gastronómico, éste se debe sin duda alguna a los famosos COCIDOS TAURINOS que ha popularizado desde hace varios años la Peña Taurina Jorge Manrique, poniendo este plato de resistencia a uso y utilidad gastronómica de todos cuantos deseen acudir a su degustación, paladeo y compartir una charla taurina en la mesa de la peña riosecana.
Así, todos los miércoles de invierno, a partir de las tres de la tarde, Luis Domínguez, el encargado del bar en donde está alojada la sede social de la peña taurina pone en circulación por el mantel de la mesa un cocido pantagruélico, genial, de todo punto exquisito y reparador que aunque apelmaza el sentido tras su ingestión, regado con el vino de la tierra, sin embargo sirve de unión y de acicate a todos los participantes en él. No es extraño ver entre los degustadores del mismo al Alcalde de la ciudad Artemio; al presidente de la Peña Chema Alonso, o al de la Federación, Justo Berrocal; o a Ricardo Furones, el escritor taurino; o al carnicero de bravo Raúl Manrique; al fotógrafo Barrios; al torero Jesús «El almirante» y a tantos amigos de Rioseco que entre garbanzos, tasajos, morcillo y relleno hablan de toros mientras dan cuenta de este plato de resistencia invernal tan característico en la dieta mediterránea.
Prometo acudir alguno de estos miércoles a compartir mesa y mantel, el pan y la sal, con mis amigos de Rioseco, hablar de toros, escuchar anécdotas y consumir el cocido de Luis, el encargado del salón social donde la peña de Jorge Manrique se reúne para sus actividades en Medina de Rioseco y máxime ahora que su Semana santa ha sido declarada de interés turístico internacional. Mientras tanto, que ¡Dios siga repartiendo suerte!.
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