La lidia de «Cubano» en la localidad francesa de Vic Ferensac yendo de largo cuatro veces al caballo, empujando y metiendo los riñones ha sido un reencuentro con la bravura. Tanto que la música sonó para el animal, lidiado por César Valencia y picado por Iván García en esa plaza donde los aficionados franceses tanto se emocionan, valoran, aplauden y premian la verdad del toreo.
Un toro espectacular, de reencuentro con la emoción y la bravura en un espectáculo grandioso, sublime, sentido, pasional, lleno de esperanza este «cubano» marcado con el número 28 que envió a la enfermería a su matador y que resultó premiado merecidamente con el pañuelo azul en su arrastre.
La foto que hizo André Viard del momento de uno de los empujes del toro al caballo es la que ilustra este comentario y la otra es la que hizo Fermín Rodríguez en Sahagún de Campos el año pasado del toro lidiado allí de la misma ganadería que puede contemplarse en esta misma web colocando «Sahagún» en el buscador.
Quieren, queremos los taurinos, emoción, grandeza y singularidad en la fiesta y esta vez lo ha puesto una ganadería recogida en un cenobio que fuera de frailes, donde Fernando Álvarez Sobrado trabaja todos los días para conseguir un producto que da la medida de la bravura y casta de un toro de lidia. ¡Gracias, ganadero!.
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