Ya puede adquirirse el último ejemplar de «Tierras taurinas», la obra de cultura y pasión por los toros y cuanto ellos significan en la vida de los pueblos y de sus gentes.
André Viard, el caminante francés más torero y singular de cuantos han mecido un capote, muestra en este número 75 y una vez más su inquieta actitud vital para el fomento de la Tauromaquia, de su estudio y de cuanto significa en su defensa y entrega.
Viard es un hombre del toro y de su cultura, vigilante y defensor a ultranza de todas las Tauromaquias del mundo, sin cortapisas, con dedicación y esfuerzo a la causa taurina que tiene en él al embajador y activista mundial más importante de cuantos vivimos para ese mundo único, genuino e irrepetible de tantos pueblos y personas como representa la fiesta de toros.
Emilio de Justo, premio «Glorieta digital» de Salamanca
El portal que dirige Paco Cañamero, cronista salmantino y otro taurino hasta la médula ha premiado la labor de Emilio de Justo, el torero revelación de esta temporada que acaba de terminar. el galardonado recibirá el premio Excelencia del torero por sus valores de pureza, entrega, torería, perfecta suerte de matar… además de enfrentarse al toro serio y de verdad, le ha valido finalizar la temporada en el elogio de toda la profesión y dejar si nombre para 2019 en un posición de privilegio, con su nombre en todas las ferias. Gracias a ello sube al pedestal de los grandes toreros que se han alzado triunfadores del premio, como son Juan Mora, Javier Castaño, El Fundi, Curro Díaz, López Simón, Diego Urdiales y Antonio Ferrera, además de Carlos Abella, por su gran aportación al mundo taurino.
Juan Carlos Martín Aparicio, DEP.
La muerte de Juan Carlos Martín Aparicio, autor, entre otros, del libro «gentes y costumbres» una impagable obra para conocer el campo de Salamanca es una lanzada al corazón cultural de esta tierra. Como dice Paco Cañamero en su obituario fue un «Charro lígrimo y superviviente de una raza de hombres que fue un espejo de esta tierra, de la que supo plasmar su grandeza como casi nadie lo hizo, además de escribir con lujo y deleite ese castellano que hablaban nuestras gentes. Dueño de una inmensa cultura, junto a vivacidad, tenía una conversación amena y fluida, siempre con su querido Santiago Martín ‘El Viti’ en el pedestal de admiración. El Viti fue su torero, al que más siguió y al que jamás se cansaba de halagar; después había otros –fue muy de Luis Miguel y en la última época de José Tomás-, pero el maestro de Vitigudino era la catedral de su devoción; el resto, capillas».
En Salamanca, más dados a echar zancadillas que a ayudar, a entorpecer que a facilitar, jamás acabaron de darle el sitio que se merecía el genial Juan Carlos, de Carreros. El singular ‘Jujujuancarcarlos’. Un hombre que guardaba en los almacenes de su memoria el inmenso legado del Campo Bravo.
Fue una leyenda entre los escritores taurinos, de pluma y papel. Un hombre apasionado del campo, ganadero que mantuvo el legado de sus antepasados en ese museo que convirtió su casa de la finca Fuenterroble, al lado de Sancti Spíritus, donde se volvió a ilusionar con la cría de bravo. Y en su tiempo libre escribía de mayorales y toros, de fincas y ganaderías, de vaqueros y pigorros, de mondongo y bueyes, de potros o parideras…
Fotos: José FERMÍN Rodríguez/ Salamanca al día
Deja una respuesta