Una faena de importancia, con entrega de novillero, temple y raza a cargo del iscariense Darío Domínguez ante un bravo ejemplar de Mari Carmen Camacho le ha hecho acreedor de la puerta grande en el festival mixto celebrado esta tarde en Olmedo, con casi tres cuartos de plaza y tiempo espléndido en el que alternaba con el rejoneador Mario Pérez Langa que estuvo mal con los aceros ante los dos ejemplares de Campos Peña que lidió, pese a haber hecho un rejoneo digno y merecedor de premio en caso de haber acertado con el rejón de muerte, conformándose con una vuelta al ruedo.
Extraordinarios los dos novillos, uno de San Miguel y otro de Mari Carmen Camacho, para la lidia ordinaria, aplaudidos en el arrastre y no menos bravos y encastados los destinados a rejones de Campos Peña que en caso de haber acertado con los aceros estaríamos hablando de varias orejas cortadas merecidamente por los toreros.
Mario Pérez Langa estuvo bien especialmente a lomos de «habanero», un caballo extraordinario potente y de grácil galope, colocando garapullos a una mano al primero de la tarde tras recetarle dos rejones de castigo. Incluso la rosa de regalo lució en el lomo del ejemplar que abrió plaza, un novillo incansable, bravo y que contribuyó a que los aplausos por la labor del rejoneador surgieran de los tendidos. Muy completo también en el segundo de su lote en los dos primeros tercios, pero ¡ay! cuando llegó la hora de colocar el rejón de muerte. Un auténtico calvario pasó el de Calatayud hasta atronar el ejemplar de Campos Peña, recibiendo un aviso del usía en esta ocasión Antonio Boyano, que presidió el festejo.
Darío Domínguez estuvo en su primero aseado, mucho mejor por el pitón izquierdo donde sobresalieron unos naturales espaciosos, con temple y serenidad. El de Íscar dio siempre sitio al novillo que se arrancaba en la larga distancia con bravura y encastado. No obstante, el fallo con los aceros al pinchar dos veces antes de lograr la estocada en la suerte natural, que pedía el bravo novillo de San Miguel, y un recado en forma de aviso, no pudo triunfar. Pero Darío se sacó la espina en el segundo de su lote brindado a su hermana, presente en el tendido. Lo recibió con una larga de rodillas y tras sacarlo a los medios con lances ajustados, de nuevo remató de hinojos para ser ovacionado con fuerza por los espectadores, mostrándose además en novillero, con ganas, deseos y ansias de triunfo. La faena de muleta a este bravo ejemplar tuvo momentos compactos, llenos de temple y gracia, especialmente al natural Darío dibujó una composición muy bella, poderosa, plena de torería. El animal, codioso y bravo, además acudía con nobleza a la pañosa que le mostraba el torero iscariense. Por el pitón derecho también estuvo bien el torero, pues el animal embestía con celo por ambos pitones. Esta vez se perfiló en la suerte natural y tras un pinchazo le recetó una estocada entera arriba que acabó con el novillo y los tendidos se poblaron de pañuelos pidiendo las orejas del de Mari Carmen Camacho que le fueron concedidas.
En resumidas cuentas. Un entretenido y buen festival torero y taurino el de esta tarde en Olmedo, puesto en valor por Manuel Ferrero «Manolín Cantoblanco», gerente de la plaza, que entretuvo la tarde, gustó a la parroquia y desató las ganas, el deseo y el buen hacer de un muchacho iscariense que va mejorando a pasos agigantados en esta difícil vocación de ser torero. Y que no se me olvide. En la lidia a pie, muy bien Jesús Herrero colocando dos pares de banderillas en todo lo alto, aplaudido por el respetable, y su lidia con el capote en el último, acariciando al bravo novillo de Mari Carmen Camacho. Y extraordinaria la Banda de Olmedo amenizando el espectáculo.
Fotos. J. LÓPEZ
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