Ante reses de Vistalegre que resultaron buenas para la faena de los diestros que actuaban con motivo de las fiestas patronales en el coqueto y singular coso taurino de Pedro Bernardo, se lució David Luguillano con el estilo característico del embrujo vallisoletano, saliendo a hombros al final del festejo. Sus compañeros de terna, Serafín Marín y Miguel Ángel Pacheco no le fueron a la zaga, especialmente este último quien cortó dos orejas y rabo a un toro de vuelta al ruedo, con una gran faena aplaudida y premiada por el público.
Pedro Bernardo, a la que llaman el balcón del Tiétar, a la abrigada de la Sierra de Gredos, celebra sus fiestas patronales con bullicio, alegría, participación y, sobre todo, toros en un histórico, acogedor y precioso coso taurino y cuando ya sus higueras están produciendo el higo mirlo, azucarado dulcemente por la naturaleza, con textura gustosa y apetecible mucho mejor que los secados sobre varas largas y atados a las barandillas de los balcones.
En fin, el caso es que el torero decano en activo ahora mismo de los de Valladolid, David Luguillano, había sido contratado para torear en su plaza que San Roque es el patrono que también cura las llagas toreras y con la plaza llena arriba y abajo se lidiaron novillos bravos de Vistalegre, extremeños ellos propiedad del ganadero Jesús Ballesteros. El cuarto de la tarde premiado con el pañuelo azul por su casta, bravura y acometividad.
Ya dijimos en una ocasión que en cualquier sitio, donde menos se espere, puede saltar la liebre del toreo agradable, señero, de tiento, embrujo y compás y en Pedro Bernardo esta vez corrió a cargo de un torero de Valladolid, David Luguillano, y de un gaditano de garbo y valeroso, Miguel Ángel Pacheco. Y quien lo vio lo atestigua.
FICHA DEL FESTEJO:
Pedro Bernardo, 17 de agosto. Lleno. Festival Taurino. Novillos de Vistalegre, bravos. El cuarto premiado con el pañuelo azul. Luguillano, dos orejas: Juan Alfredo Ríos «El Conde», ovación; Serafín Marín, dos orejas y Miguel Ángel Pacheco, dos orejas y rabo.
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