Medina del Campo presenta colas ante las taquillas para retirar entradas a fin de presenciar las dos corridas de toros anunciadas con motivo de las fiestas de San Antolín.
La noticia, siempre grata y considerada, pues es mucha la pausa que el Coso del Arrabal llevaba cerrado y sin utilidad y que en este año 2021 ha sido remozado, pintado, adecentado y puesto en servicio al público con valía e interés. El encalado de callejón y pintado de maderas, puertas y tableros ha corrido a cargo del ayuntamiento medinense, cuya concejal de festejos se ha propuesto llevar a cabo una atención a este aspecto del mundo taurino que estuvo proscrito y apartado por otros gobernantes a los que ni interesan los toros, ni falta que hace. Tan solo que se tapen, que no estorben porque, aunque no les guste, los fondos municipales también deben ser destinados para atender el menester taurino y su actividad cultural.
Rafael Ayuso tiene ahora el turno de mostrar un programa para el que ha echado tiempo, ilusión, dedicación, dinero y trabajo, con la puesta en activo de dos corridas de toros espectaculares. Una de ellas del Bello arte del rejoneo con los toros de Eladio Vegas el viernes a partir de las 6,30 de la tarde y la otra el sábado con Perera, Emilio de Justo y Juan Ortega.
Además de los precios populares y asequibles, Medina del Campo cierra el ciclo de San Antolín con estos espectaculares festejos en el Coso del Arrabal. Su coso ya ha sido pisado en numerosas ocasiones esta temporada, desde que se celebró aquí la gran final de las novilladas de promoción, las semifinales de esta temporada, el estupendo concurso de cortes, la no menos interesante corrida del domingo pasado, a cargo de Tauropinares y estas dos que honran a San Antolín, el patrón de Medina del Campo.
Por eso el gorro del alguacilillo descansa en una contera del burladero de la Plaza pues de nuevo cubrirá la cabeza del encargado de formalizar el despeje de plaza y abrir el paseíllo torero. Medina del Campo es quien ahora tiene la llave del toril y de la afición. Albricias por tanto y alegría para verlo y contarlo.
Foto: FERMÍN Rodríguez
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