Y llegó la hora por la que tanto se lucha cuando un chico quiere ser torero. La alternativa de Diego García en las Rozas no puede pasar desapercibida para el aficionado, sobre todo tras la incidencia de aquel aplazamiento de la corrida en su propio pueblo, San Sebastián de los Reyes, como consecuencia de la Dana que asoló septiembre sin piedad a la Comunidad de Madrid.
En esta ocasión el padrino ha sido Miguel Ángel Perera, el torero de Puebla del Prior, haciendo entrega de los trastos al toricantano Diego García mientras Paco Ureña, el testigo de la ceremonia atiende y escucha las palabras que su compañero dirige al neófito.
Han sido jornadas muy intensas las vividas por el torero de San Sebastián de los Reyes que ahora mismo ha visto hecho realidad un sueño desde que bien pequeño echó mano a los avíos de capote y muleta cuando despertó en él el ansia, el deseo vehemente de llegar a ser torero.
Diego García es otro de los jóvenes diestros, brotes de renuevo en el escalafón, en donde muchos grandes se han apartado ya del ejercicio activo de la vocación. El último de ellos, ayer, el gran JULI que tanto aportó también desde bien pequeño a la fiesta de toros.
El abanico de toreros jóvenes va completando sus varillas y la del sábado en Las Rozas fue singular, pues Diego consiguió merecidamente además abrir la puerta grande de la plaza merced a dos faenas muy entregadas.
Una temporada, la que viene, plena de interés por ver y apreciar los nuevos renuevos, los brotes de la torería que están surgiendo época a época dando sentido a una fiesta plena de grandeza y emotividad. ¡Bien venido, Diego García!
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