Se cumplió el homenaje que Tauroemoción ofreció en Vistalegre a la figura del ganadero más importante y famoso de las últimas décadas. Revulsivo para una fiesta y criador de toros espectaculares, encastados y bravos como algunos de los que hoy se han lidiado a cobijo de aires y fríos pero también de sol y moscas, dando a entender que la grandiosidad de la fiesta de toros está en eso, en el yin y en el yang; en el hoy y el ayer; en lo blanco y lo negro, aquí cárdeno y en lo antiguo y lo moderno, unidos ambos conceptos en una causa común: Hacer cada vez más grande y más apasionante la fiesta de los toros.
Los ejemplares de Victorino lidiados hoy en la plaza de la barriada de Carabanchel han sido duros, exigentes, encastados y bravos sin faltar el garbanzo negro por descastado y soso, lidiado en quinto lugar y otro etíope, entrevelado, de los de ni fú ni fa. Fueron aplaudidos en el arrastre el extraordinario tercero y el cuarto y de salida el primero. Todos los toros salieron con la divisa negra en señal de luto por el ganadero Victorino Martín Andrés, creador de estos albaserradas famosos.
Fueron lidiados por Curro Díaz, aplausos y oreja; Daniel Luque, ovación y silencio y Emilio de Justo, oreja y aplausos.
Una corrida de toros, plena de emotividad, chispazos generosos de torería, emocional entrega y ganas de los diestros que entretuvo a los espectadores que ocuparon más de tres cuartos de aforo.
La verdad es que esta Feria de invierno celebrada en el palacio de Vistalegre arena es una muestra palpable más que cuando las cosas se hacen bien, se divulga mejor y se hacen las cosas con seriedad y viveza mercantil, los resultados y la respuesta del público congratula, anima y aporta porque llega al corazón del aficionado. A la vista está y así ha quedado demostrado esta tarde.
Por destacar, la plasticidad, torería y empaque de Curro Díaz que abrió plaza con «bolsico» estirándose a la verónica y enjaretando al animal unos lances de capa, mecidos y poderosos, muy aplaudidos. Tras brindar al cielo de la plaza a la memoria del ganadero tristemente desaparecido toreó con temple y galanura como él solo sabe hacerlo. Toreó con la clase que atesora a un victorino bravo y noble, aunque con la fuerza justa.
Sería ante el cuarto de la tarde con su muleta cuando el jienense sacó su chispa y su gracia de gran torero estético y armonioso. Por ambas manos embarcó al toro, dándole el segundo que requería entre muletazo y muletazo y los olés resonaron en Vistalegre con rotundidad y agradecimiento. Sobre todo cuando despachó al ejemplar de una estocada entera aunque caída, los pañuelos tremolaron exigiendo la oreja para este diestro que cuando torea es tocinillo de cielo, poderío y temple.
El sevillano Daniel Luque intentó agradar en su comparecencia, pero el lote de sus ejemplares no permitieron mayor lucimiento. De estética espaciosa y pausada frente el segundo de la tarde con muletazos de trazo bello, sin continuidad. Ante el quinto escuchó división de opiniones y eso que dicen no hay quinto malo. Fue su faena una abreviatura sin más y sin poder intentarlo. Dos pinchazos y se echa el animal. Pitos al toro en el arrastre.
Y el cacereño Emilio de Justo toreó en una gran faena a un bravo toro y con importancia de Victorino, bautizado como «melonchero». Con qué grandeza y verdad citó de Justo al morlaco que humillaba y seguía embebido el movimiento de la muleta. Y acabó su valiente y entregada faena con una estocada haciendo la suerte canónica, de manual, de oreja casi. Recibió un aviso ante la tardanza por doblar el toro y cuando el golpe de descabello fulminó al victorino, los tendidos pidieron con fuerza la oreja que le fue concedida merecidamente.
















En resumen. Una tarde de toros de emoción y recuerdo. Memoria y gratitud a un ganadero que creó en su finca de Galapagar un tipo de toro que no deja indiferente a nadie por su acometividad y bravura. En ello están ahora su hijo y su nieta. Victorino Martín: La afición no te podrá olvidar nunca.
FOTOGRAFÍAS: José FERMÍN Rodríguez.
Paquirri dice
Cuál afición si apenas asistieron 1/3 de aforo?