Un estupendo correllaves, como él mismo se definió, abrió la Semana cultural taurina en su XV edición y éste no fue otro que el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva. Una mesa, la del salón de actos de Caja España en la Fuente dorada vallisoletana y la plaza llena, pese al fútbol que competía a la misma hora del comienzo del acto, completísima. Espadas de alto nivel intelectual, profesional y con cariño hacia una fiesta muy denostada últimamente desde instancias que deberian dedicar más esfuerzos a promocionarla, apoyarla y elevarla al rango que se merece por historia y tradición españolas.
La terna estuvo compuesta por Pío García Escudero, senador del Partido popular y representante de la Asociación taurina parlamentaria; el actual empresario de la plaza de toros de Valladolid, Ángel Gallego; el navarro barcelonés Fernando del Arco, venido desde Cataluña al debate que abría estas jornadas culturales y como sobresaliente el maestro Manolo Sánchez. Completaban la mesa el Presidente de la corrida Justo Berrocal y el asesor taurino, el crítico Manolo Illana.
La verdad es que la primera jornada ha sido una corrida de toros etérea, sentimental, llena de profunda emotividad y explicando las ideas y actividades puestas en marcha para dar al traste con esos ataques furibundos, duros y complicados que se hacen a los toros y que no son defendidos por todos los partidos políticos, antes al contrario, quedó demostrado que al Gobierno de España y al partido que lo sustenta les ha importado poco el respeto por la fiestas de los toros y su defensa.
Abrió plaza Pío García quien destacó que no deberían mezclarse los toros con la política: Una cosa son los toros y otra la política. Pero ha sido la política quien ha entrado en los toros para destruirlos o consentir que se acabe con ellos.
Ya el alcalde había reconocido en su apertura del acto, que a él la afición a los toros se la inculcó un socialista que fue en su tiempo Delegado del Gobierno en Castilla y León, Arsenio López Huerta. Que conocía muchos socialistas, de la vieja hornada, que amaban y respetaban los toros, taurinos hasta la médula, gustosos de este arte y del espectáculo. Y otra persona había sido impulsor de su deseo en los toros, el propio Pío García Escudero, su hermano y compañero de partido en esta tarea.
Pío habló de las actividades a desarrollar y la propuesta del Ministerio de Cultura, a través de su órgano correspondiente, para proponer al Consejo de Ministros que los toros sean declarados bien de interés cultural en toda España, a fin de preservarlos de cualquier contingencia, y para que tenga efecto debe ser ejercido por el Gobierno de España. También habló de la aceptación a trámite por el Tribunal constitucional del recurso contra el acuerdo del parlamento catalán prohibiendo los toros.
Fernando del Arco repasó toda la historia de la Iniativa popular legislativa de Cataluña que acabó con los toros en esa Comunidad desde el 1 de enero del año que viene. Citó fechas e incluso relató un par de anécdotas y la emoción cuando Serafín Marín lloraba en el parlamento catalán cuando se consumó esta auténtica tragedia que hoy ha discutido la mesa.
El empresario Ángel Gallego Morán, hombre curtido en la profesión, animoso, hombre entendido y cabal que conoce los entresijos del mundo taurino, entonó el mea culpa así como el de los taurinos que veían cómo se anunciaba año tras año que venía el lobo sin hacer caso y al final ha venido tal y como ha sucedido en Cataluña. Mostró su esperanza en la recuperación del sector con esfuerzo y trabajo sincero. Citó dos orientaciones llenas de verdad y singularidad e hizo votos por mejorar cada día, discurrir y hacer las cosas bien para que empresarios, toreros y ganaderos encuentren el sentido a su esfuerzo, dando al aficionado lo que éste demanda.
Manolo Sánchez estuvo breve pero lo suficientemente sincero como para decir que si uno de sus hijos le dijera que quería ser torero, él lo ayudaría cuanto pudiera para desarrollarse en su profesión. Además destacó que para él esta es el último año en que se viste de luces, pues se corta la coleta a final de temporada tal y como ha anunciado.
El discurso de Justo Berrocal, presidente de la federación organizadora del acto, lleno de emotividad, razones y lealtad al significado de la tauromaquia española y su defensa, destacó que es preciso, entre otras cosas, acometer la recogida de fimas de aficionados a fin de presentar una iniciativa popular que declare a los toros Bien de interés cultural.
Y el público, al final, tras una hora y media de debate, opiniones y exposición tributó a la mesa una sonora y larga ovación por lo oído, lo escuchado, lo visto y que sigue habiendo personas que saben y quieren defender su fiesta, la genuina fiesta española de los toros.
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