«Y llegó el día. Y la hora, aunque cambiando la 5 de la tarde, por las 12 de la mañana. Nervios pocos. A estas alturas de la vida pronunciar charlas o conferencias repercute poco en el sistema nervioso, pero se trataba de efectuar la “confirmación” de una alternativa discursiva tomada en Almería hace 6 años, con la Peña Amigos Taurinos de aquella localidad, recibiendo los trastos de mano de su presidente, Don Julio, nieto del torero “Relampaguito” figura señera de aquellas tierras, y con un ganadero de postín como testigo, mi desde entonces amigo Adolfo Martín.
Se trataba de “Confirmar”…y nada menos que en la plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. Nervios pocos. Si acaso alguno pensando en que lloviera a cantaros o el Avant sufriera algún percance que retrasara o impidiera mi llegada a la capital del Reino. Pero no fue así…
Me abren la puerta y casi me parten la cabeza un par de caballeros con unas impresionantes cámaras de televisión que una vez esquivadas pude comprobar que no me seguían a mí. (confieso que uno en su propio ego, llegó a creerse alguien importante cuando las vió…pero no eran para mí). Tras unos pocos minutos llegó un taxi y, como por un hechizo mágico las cámaras y los “camareros” corrieron hacía el vehículo como almas que lleva el…(iba a decir “diablo”) viento, dificultando la apertura de las puertas y la salida al exterior del ocupante. Y llegó la explicación. No eran para mí. Seguían a Ortega Cano que gentil y cariñosamente quería darme la “confirmación” y escuchar mi relato sobre “el otro lado de la fiesta”…, Conferencia que habían organizado las “adolescentes” que integran la Peña Taurina femenina “Meninas de España” y que preside mi colega la doctora María Ángeles Grajal, viuda del inolvidable torero Jaime Ostos, peña que reúne a unas 32 mujeres aficionadas taurinas en una asociación que pretende mantener viva la afición a la tauromaquia desde su femininismo (léanlo bien femi“ninismo”, no feminismo), asociación que también preside a titulo honorifico la infanta Elena de Borbón…
Unos aplausos de cortesía , numerosos golpecitos y apretones de manos ,una porrada de besos de tanta menina guapa y… un gracias muy sentido por parte de Ortega Cano al que creo que le insuflé el suficiente ánimo para soportar el “pressing” y como para pensar en volver a los ruedos. Eso dijo…aunque creo no lo dijo muy en serio.
Y de verdad. No hay derecho a perseguir a una persona de esa manera. Las “meninas” nos invitaron a comer y ya estaban los “camareros” en el Restaurante cuando llegaron…No hay derecho a machacar así a un gran torero.
Sala Bienvenida llena, un domingo y a la hora del vermút. Numerosos meninos masculinos y aficionados asistentes. Yo diría que había “paridad” de sexos. Alguna amiga ganadera, algún colega cirujano taurino, varios periodistas de la prensa y radios con programas muy afamados y una magnífica instalación informática que me permitió realizar la “faena” con una calidad insospechada.
Del discurso poco voy a decir. Tuve que ampliarlo dedicando algunas palabras a los “antitaurinos”, precisamente porque mi confirmación se hacía en el “templo” del taurinismo nacional. Como debe ser. Muchas ideas para tratar de comparar la lidia ordinaria con las “otra” faena, la que tiene lugar de forma oculta al espectador y algunos videos para impresionar un poco pero, ante todo, para realzar la bravura y la agresividad innata de uno de los mas bellos animales de la creación. Un poco de sangre, unas fotos de toreros heridos y de algunos desgraciadamente vencidos por el toro que habrán escuchado mi alegato y mis frases de admiración desde el tendido celestial del 7 del allá arriba».
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