Emilio de Justo, el torero que se enfrenta a seis ejemplares él solo a cara de perro, el domingo de Ramos en la plaza de las Ventas ha visto cómo dos de los toros elegidos para la encerrona han sido rechazados por el equipo veterinario en el primer reconocimiento de las reses.
Según lo que ha trascendido es porque «los animales estaban justos de presencia» y además el de Palha había tenido algún problema en el desembarque desde el camión que lo transportaba.
Contempladas las fotografías de las reses, tal y como los aficionados pueden ver en el muro del torero de Torrejoncillo, aparentemente están todas ellas con el trapío y el fenotipo más que suficiente para cualquier plaza de primera categoría. Sin embargo, los técnicos veterinarios de Madrid que son más listos que nadie han mandado de nuevo a la ganadería a dos de los ejemplares pues no los ven con la suficiente presencia como para lidiarlos en Madrid.
Y por la empresa se sabe que ya hay vendidas unas 17.000 localidades para el festejo, con lo que con toda seguridad el lleno en el tendido será apabullante, algo así como cuando en otro domingo de Ramos que recordamos con emotividad, pues estuvimos presentes en la encerrona de otro torero, el malogrado Iván Fandiño. Todo demuestra el acierto tenido por este gran torero que quiere ascender aún más y colocarse en la cúspide de los matadores de toros.
Se sigue viendo por estos y otros lares que el arte de birlibirloque pervive entre los veterinarios, más dedicados a romper la estructura de un acontecimiento y ser más dados a impedir que a comparar y determinar la esencia de un toro por el fenotipo imperante en lugar del genotipo. Si empezamos así, mala cosa es este asunto. Ojalá que pronto el equipo responsable ofrezca con seriedad y determinación sus razones por las que rechazan a estos dos toros elegidos para la encerrona del domingo de Ramos en las Ventas, a cargo de un torero en sazón, grandioso, elegante, poderoso y decidido.
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