Ayer día 28 de julio se indultó en un festival celebrado en Zamora como homenaje al torero de la tierra Andrés Vázquez a un novillo toro de la ganadería de Zalduendo de nombre “veneciano”, negro bragado, marcado con el número 220, de 375 kg. de peso por el Presidente de la corrida, sin haber petición mayoritaria del público y en consecuencia, sin cumplirse como es debido la reglamentación existente al respecto por la que se rige este tipo de decisiones que en apariencia sirven para un momento determinado, pero que a poco que se profundice, no hay forma de entender por qué se ha hecho o se ha adoptado tal decisión. Un grupo de espectadores, al entrar el animal de nuevo en chiqueros aplaudió al Presidente por su decisión. Nadie protestó ni manifestó con silbidos la misma.
El toro, poco agraciado de hechuras y cabos, abrochado de cuerna, cómodo para el torero, en los lances de capa embistió con el rabo tieso, mostrando ya su carta de bravura. Recibió un puyazo tan solo, fue banderilleado mal por la dificultad del animal, al cortar al subalterno, quedando una de las banderillas prácticamente en el costillar, la parte superior de la barriga. Pero donde se vino arriba y galopó con celo, queriéndose comer la muleta de su lidiador fue en el último tercio. Y lo hizo incansable, a mejor, metiendo la cara y desplegando casta, acometividad, nobleza y bravura.
Sería en el tercio de muleta donde el animal mostró una mejor condición, especialmente por el pitón izquierdo, cuestión que no se había dado ni con el capote, ni frente al picador ni mucho menos en banderillas.
Es verdad que todas estas cosas traen a la mente del aficionado lo mucho que queda por hacer en el mundo de los toros. Y aunque en este caso, todo estaba concitado favorablemente, el Presidente de la corrida ha de ser ecuánime, aplicar el Reglamento vigente y exigir a todos su cumplimiento. Todos estamos viendo que, día a día, la suerte de varas casi está abocada a su desaparición y que incluso espectadores demasiado sensibilizados con las protestas antitaurinas de no ver sangre en el ruedo, silban al picador nada más clavar la vara en el morrillo de la res. Y así, lo mismo da que pique bien o mal, que haga la suerte con propiedad, eche el palo, pare y mida la acometividad del toro, la música de viento está garantizada para el del castoreño. De manera que en un indulto no cabe más que leer la norma y aplicarla, porque no tiene más razón quien más vocea o grita.
En resumen, y por no cansar. El indulto que ayer se dio en Zamora obedeció más a la emotividad de la tarde que al análisis serio y riguroso del comportamiento de una res brava en una plaza de toros en todos los tercios. Su matador, el malagueño Javier Conde, que rechazó en dos ocasiones el estoque que desde el callejón le ofrecía su mozo de espadas para que realizara la suerte de matar, siguió toreando y ostensiblemente contribuyó a la reacción de una buena parte del público que manifestó la petición del indulto, más con silbidos y gritos que con la exhibición y tremolar de pañuelos blancos. De todos modos, bienvenido sea si ello contribuye a mejorar un espectáculo y que se hable de él, que se encuentra por mor de las circunstancias contestado, atacado y falto de apoyos.
Artículo 83. Reglamento de Espectáculos taurinos de España
- En las plazas de toros de primera y segunda categoría, cuando una res por su trapío y excelente comportamiento en todas las fases de la lidia, sin excepción, sea merecedora del indulto, al objeto de su utilización como semental y de preservar en su máxima pureza la raza y casta delas reses, el Presidente podrá concederlo cuando concurran las siguientes circunstancias: que sea solicitado mayoritariamente por el público, que lo solicite expresamente el diestro a quien haya correspondido la res y, por último, que muestre su conformidad el ganadero o mayoral de la ganadería a la que pertenezca.
Art 72. Reglamento general taurino de Castilla y León
1.-En las plazas de toros permanentes el Presidente podrá conceder el indulto de las reses en las corridas de toros, novilladas con picadores y en festivales con picadores… Su finalidad será preservar la raza y casta, cuando por sus características zootécnicas y excelente comportamiento en todas las fases de la lidia sin excepción, y especialmente en la suerte de varas, sean merecedoras del indulto, debiendo, además, concurrir las circunstancias siguientes:
a.-Que sea solicitado mayoritariamente por el público.
b.-Que lo solicite el diestro a quien haya correspondido la lidia de la res.
c.-Que muestre su conformidad el ganadero o mayoral de la ganadería a la que pertenezca.
Fotos: J. Fermín Rodríguez
Esplanada dice
Comparto con Ud algunas cosas y otras no tanto,es cierto que el trapio del toro,así como las hechuras no eran de indulto,tambien que recibió un solo puyazo y segun me refieren este presidente es bastante duro en estas cosas así como en los reconocimientos de los toros en las ferias de Sn Pedro,dicho esto le diré que logicamente estuve en el festival y o Ud o yo estamos equivocados porque la peticion de indulto fué mayoritaria segun mi opinion,la pidieron los aficionados reiteradamente y el presidente esperó antes de dar la orden e hizo las consultas pertinentes y el toro seguia y seguia embistiendo,bien es cierto que el torero toreó y lució al utrero como hacia años que no se le veia,tambien hay que considerar que era un festival con un ambiente y una plaza en un dia especial y probablemente influyó todo un poco.
Finalmente un matiz:La junta de Castilla y Leon tiene transferidas las competencias en espectáculos taurinos por lo tanto el Art 83 del reglamento aprobado por RD 145/1996 no es aplicable en este caso
Federación Taurina de Valladolid dice
Es Lógico y agradable siempre saber que los aficionados nos entendemos perfectamente, aunque no compartamos opiniones dejadas a veces al albur de deseos y filias o fobias que solemos manifestar más a menudo de lo que parece.
La cita del Reglamento nacional taurino era obvia como recordatorio legal, aunque sepamos y es así que la Junta de Castilla y León tiene perfectamente razonado, regulado y dispuesto el indulto de un toro en el Reglamento que rige los espectáculos taurinos en nuestra Comunidad.Esa es la labor dificilísima que debe ejercer todo Presidente como cualquier persona que debe tomar una decisión más o menos importante en un corto período de tiempo. Y ahí sí que no debe ser influenciable por el ambiente de predisposición por muy día especial que sea, como el que pasamos en Zamora en homenaje al popular Nono. Un abrazo.
Jesús López GarAÑEDA