Un cartel anunciador original y marcado con la distinción de la esencia representativa e historia taurina de Tordesillas con su tradicional, famoso y único Toro de la Vega, ha sido puesto en circulación por el Patronato de la entidad y distribuido para que todos los aficionados taurinos dispongan de él y lo conozcan.
El autor de la composición es José Ramón Muelas y, según él mismo ha dicho en la presentación del mismo, «desde Numancia hasta hoy Castilla ha utilizado al toro en un ceremonial claramente guerrero que hoy se quiere folclorizar y convertir en una cursilada más». Y añadió: » Cuando se pretende arrebatar nuestra esencia, nuestra libertad de ser lo que queramos y no lo que quieran otros, de exterminar nuestra libertad, surgen estas muestras de oponerse a la fuerza de la imposición».
También la Secretaria del patronato, Ana Blanca Bartolomé, destacó la pegatina que va a distribuirse el sábado de los faroles, al comienzo de las fiestas patronales de Tordesillas y especialmente en el día del Martes de la Peña, día 11 de septiembre, para que no se olvide el significado del torneo que, como conocen nuestros lectores, está prohibido dar muerte en público al animal, tras la modificación del Reglamento para los espectáculos taurinos tradicionales y entrada en vigor del Decreto aprobado por el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León y validado por las Cortes Autonómicas.
Por su parte el tesorero del patronato dijo que en este año y » Dada la escasez de fondos del Patronato no hay dinero para imprimirle y distribuirle, de modo que el torneante que quiera tenerlo en papel podrá descargarlo e imprimirlo particularmente desde la página del Patronato del Toro de la Vega«.
El Toro de la Vega de Tordesillas que mantiene el nombre original era un espectáculo taurino único e increíble, de marcado carácter etnográfico que la costumbre había mantenido intacto en su celebración durante más de 500 años y consistía en el enfrentamiento entre un hombre y un toro, éste con sus defensas naturales intactas y aquel armado con su lanza astillada en el campo de la Vega. Era el único lugar de España en donde aún podía verse la vieja suerte taurina de la lanzada.
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