Y llegó el nobel a Toro y tuvo un merecido protagonismo por su acendrada defensa de la fiesta de toros. Su paseíllo desde el arco del reloj por la calle puerta del mercado hasta la Casa Consistorial donde se celebró el recibimiento oficial, multitudinario y muy aplaudido. En el Ayuntamiento no faltó una entrevista con los representantes de las asociaciones taurinas zamoranas para exponerle los asuntos de su interés, escuchados todos ellos con atención por el escritor de fama internacional que dijo que «la tauromaquia es fuente de inspiración de las artes y las letras». Por petición expresa del escritor peruano el programa ha contado también con una visita a la Colegiata y al mirador del Espolón, donde pudo disfrutar de las vistas de la Vega de Toro. Dijo en otro momento: «Somos millones de aficionados en todo el mundo y la fiesta está absolutamente viva. La afición sigue creciendo. Ahora vivimos tiempos difíciles, con un porvenir lleno de desafíos, pero contamos con importantes recursos contra las incertidumbres: la antigüedad de nuestra cultura y de nuestra historia nos da fortaleza«.
Ya por la tarde, poco antes del inicio del festejo taurino tradicional de Toro, la ‘Fuente de Vino’, que une la fiesta taurina con el vino en la histórica Plaza de Toros toresana, el escritor descubrió un azulejo conmemorativo de la visita, que supone un reconocimiento a su defensa de la Tauromaquia y a la declaración de ésta como Bien de Interés cultural, cuyo primera decisión fue adoptada por la mayoría absoluta del municipio.
A continuación, el Sr. Vargas Llosa acompañado por el alcalde dé Toro y senador, Jesús Sedano así como por el concejal de Hacienda José Luis Prieto y otros miembros de la Corporación, subió al palco presidencial y tomó asiento para contemplar la tradicional fuente del vino, uno de los espectáculos populares taurinos más singulares y antiguos de la localidad. Se corrieron varios toros por el mocerío ante la presencia del numeroso público que llenaba la plaza en su totalidad en tendidos y andanadas.
Mañana domingo el premio nobel de literatura verá el desfile de carros con motivo de las fiestas de la vendimia.
Mario Vargas Llosa, el viejo torero peruano de Arequipa, con su cabello blanco, níveo como la cal de las paredes de la plaza de toros, estuvo en todo momento agasajado, contento, feliz y dichoso por estar participando en un acto taurino tan popular y así lo manifestó y accedió a la plaza llevando en la mano una montera. En esas escaleras tuvimos la fortuna de estrechar la mano del ilustre personaje y decirle textualmente: «Gracias, maestro, por la defensa que usted hace de la Tauromaquia. Y se lo digo en nombre de la Federación taurina de Valladolid. Muchas gracias». Y él me apretó mucho más fuerte la mano sonriendo.
Foto: José Ramón Muelas/patronato del Toro Vega y Archivo Federación
Jesús dice
Gracias maestro por tu torería