
Mira que salen fotografías cada día y cada momento, cada instante y cada «clik» «clik» del ratón, en todos los medios de información sean digitales o de papel. Bueno, pues hay una que es la que hemos tenido la suerte de conseguir, casi sin comerlo ni beberlo, del torero de Valladolid más viejo en edad y por lo que hablé con él, antes de entrar a los toros, en dignidad y en gobierno. Se trata con casi un siglo de vida a las acuestas, de Gabriel Morales, el hijo de Roque Morales «ostioncito» que alquilaba ropa de torear a tantos y tantos novilleros, toreros y becerristas que querían acceder a este mágico mundo de la tauromaquia, sobre todo en aquellos años en que para ser torero había que echar por los poros de la piel sudores y metafísica en las capeas de los pueblos, haciendo tapias o accediendo a una plaza de carros en cualquiera de las poblaciones españolas que corrían toros.
Seguro que más de un terno tabaco y oro, cosido a puntazos y desgarrones, fue alquilado por quien quiso ser y vestirse de luces en alguna ocasión en la casa, en el taller de Roque Morales «ostioncito». Su hijo Gabriel que posa contento y feliz antes de acceder a su localidad en la plaza de toros de Valladolid para los lectores y seguidores de nuestra web me contaba que él toreó como novillero, pues no llegó a tomar la alternativa, con Fernando Domínguez, cuya estatua, bella y sentimental figura junto a uno de los paramentos de la plaza, mientras apoya su brazo con estilo en la contera del burladero. Fernando Domínguez, de aquel que dice la copla: «En la plaza de las Ventas, le dio Fernando Domínguez, dos verónica y media a un toro de Concha y Sierra«. Pues bien, Gabriel Morales conoció las vicisitudes de Arévalo y Peñafiel, dos localidades de las que guarda un especial recuerdo, sobre todo porque los alcaldes de aquellas poblaciones ordenaban al alguacil darles un vale a cuantos toreaban en sus plazas para que comieran, cenaran y se alojaran en la fonda del pueblo, como pago a sus actuaciones toreras, siempre espontáneas y de afición.
Gabriel Morales, torero vallisoletano, decano de todos ellos en estos momentos, recuerda siempre con afabilidad, cordialidad y simpatía emocionada a quien desee escucharle aquellos momentos en que entre toreros eran muchos los llamados, pero pocos, muy pocos los escogidos. Y no había escuelas taurinas, ni sitio al que acogerse para aprender, conocer la técnica y llegar al acabamiento de ser… ¡torero!
Foto: J. López
Federación Taurina de Valladolid dice
Una seguidora nos envía mención acerca de la novillada toreada en 1953 en Santiago de Compostela. Revisadas las notas de hemeroteca en esa novillada con reses de ENCINAS fue despachada por José María de la Serna y Luis Alviz. Saludos
JOSE MARIA PEREZ ARIAS dice
Sres.:
El apellido Morales y el sobrenombre «Ostioncito» me lleva a pensar que Gabriel es descendiente -o cuando menos pariente- de José Morales Mula, del mismo apodo, que habiendo nacido en las islas Chafarinas (España) tomó la alternativa en Miranda de Ebro en 1911.
Estando actualmente realizando un estudio sobre la historia de dichas islas, agradezco me transmitan la información de que dispongan sobre la relación familiar entre uno y otro.
Atentamente.