Y lo hizo frente a un toro bravo y noble de Parladé que cerraba festejo, para colocar la guinda de un pastel que se antojaba con poco azúcar y sin canela por unas u otras razones a juzgar por el desarrollo de la función. Pero el cacereño que anduvo toda la tarde gallardo, entregado, valiente sin acertar con el estoque, aquí mostró la esencia torera que atesora en sus huesos, citando de frente, de verdad, dando el pecho, sin trampa ni cartón, con toda la exigencia que pide un toro bravo como fue este último de la tarde del hierro sevillano de Juan Pedro Domecq. Y rubricado además por una estocada entera, al volapié canónico, en toda la yema que hizo tremolar pañuelos pidiendo los merecidos trofeos que le fueron concedidos por partida doble, logrando abrir la puerta grande de este coso del Barrio madrileño de Carabanchel.
Hoy hemos visto a un torero pletórico de raza y ganas, de veracidad en los cites, templando y mandando hasta dejar una huella profunda en cuantos aficionados han acudido al graderío del coso cubierto de Vistalegre en un desafío ganadero que ganó un toro de Victorino, de nombre «morisco» y que lidió Manuel Jesús El Cid con variedad, entrega y valor, pero al que le sobró las dos últimas series que bajaron demasiado el listón al buen torero de Salteras. Mientras morisco recibía la ovación unánime del respetable en su arrastre, el torero recogió un poco de arena del albero y saludó a la concurrencia , que le premió con sus aplausos.
Esta tarde en Vistalegre se esperaba ese desafío ganadero y el mano a mano con interés, incluso las cámaras de Televisión de Castilla la Mancha han retransmitido el acontecimiento. Lo cierto es que a la salida solo se hablaba de un torero firme, convencido, real, que se jugó el físico y su integridad tras una voltereta sin consecuencias, aunque anunciada previamente, con el deseo y el hambre de quien empieza una temporada con pie firme y que rubricó con hermosura, poderío, temple y entrega sin igual ante el sexto de la tarde. Y se llama Emilio de Justo.
FICHA DE LA CORRIDA:
Palacio de Vistalegre de Madrid. Corrida de Invierno. Algo más de media plaza.
Toros de El Puerto de San Lorenzo lidiados en 1º y 2º lugar, manso y rajado el primero y bravo y encastado el segundo que derribó al caballo; Victorino Martín, lidiados en 3º y 4º lugar, bravo, encastado, el tercero, fuertemente ovacionado en su arrastre, ganador del premio al mejor toro y peligroso el cuarto; y dos de Parladé, escaso de fuerza y flojo el quinto y noble y bravo el sexto, aplaudido en el arrastre. Todos muy bien presentados en tipo y hechuras.
Manuel Jesús El Cid, silencio, ovación y aviso y ovación con saludos desde el tercio.
Emilio de Justo, ovación, ovación tras aviso y dos orejas.
Actuó de sobresaliente «Chapurra» y saludó tras dos buenos pares de banderillas Morenito de Arles.
FOTOGRAFÍAS: José FERMÍN Rodríguez
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