Emilio de Justo ha cortado tres orejas en el festival taurino de Valero, localidad salmantina al abrigo de la Sierra de Francia y que pese a ser un pueblo de tan solo 300 habitantes, es capaz todos los años de poner en valor el arte de torear con una figura del toreo. En este caso ha sido Emilio de Justo quien ha lidiado los novillos de Hermanos García Jiménez, que dieron buen juego, y a los que el diestro cacereño de Torrejoncillo desorejó en tres apéndices. Y todo pese a la lluvia y el frío que retrajo a más de uno en la marcha hacia el sitio del Charco del Pozo.
De Justo se enfrentó a los de García Jiménez tras ser acompañado de un tamboril y gaita charra desde la plaza del pueblo en un paseíllo de antaño, acompañado de aficionados y público, hacia el recinto taurino y siempre con una sonrisa, tal y como se hacía en el medio rural y así hemos visto en Astudillo, Valero y otras poblaciones. El colorado primero protagonizó la anécdota jocosa para quienes estaban arriba, indemnes del peligro, y desazonó a los que estaban en los burladeros del ruedo al meterse el animal por una de sus troneras, haciéndoles salir y acogerse a sagrado con el susto encima.
Con los evocadores nombres de El Endrinal, San Miguel, Los Santos, Frades y Tornadizo, Valero abrió plaza y temporada con bien, alegría, dedicación y cariño por la fiesta de toros.
Mención especial a los ganaderos de la Peña de Francia, los hermanos García Jiménez que aportan también de lo suyo para señalar como referente a esta fiesta de Valero.
Fotos: Prensa E. de Justo
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