
Y sin solución de continuidad, tras asistir al de la mañana en Garcigrande con los chavales de Rioseco, tras un tentempié más bien ligero emprendimos camino de Fuentesaúco, la tierra de garbanzos zamorana donde a las cinco en punto de la tarde dio comienzo una de las semifinales del Bolsín de Zamora que con los auspicios de la Diputación provincial y de varios ayuntamientos zamoranos pone en marcha el Foro taurino de la ciudad de Doña Urraca.

Una ligera lluvia de las llamadas calabobos a poco que se descuidaran los paraguas acompañó la tarde a los chavales cuya ilusión se denotaba en sus caras poco antes de salir de las puertas de la Casa Consistorial en donde se habían vestido con el traje campero. Toda la comitiva en alegre cuchipanda, aunque esta vez sin el acompañamiento tradicional de la dulzaina tal y como han hecho en otras ocasiones, se desplazó hasta las afueras del pueblo en donde se levanta el gigantesco coso taurino de Fuentesaúco, la tierra de los garbanzos, de la hospitalidad y de la afición taurina.



Un abanico de muchachos venidos de diversos puntos de la geografía española acudió a lidiar y tentar las vacas de Santa María de los Caballeros, la ganadería en la que sus propietarios tienen puestas las ilusiones, los anhelos, la afición y el trabajo de unos años desde que tuvieron que realizar el total vaciado del producto anterior, reses de origen raboso y sustituirlas por nuevas vacas de procedencia Domecq. Varios sementales, uno de ellos «guasón» y otro «buenmozo» del hierro de la Campana ligan con resultados extraordinarios, especialmente aquellos de capa burraca. Lo cierto es que Luis M García, Carlos Verdugo y Juan Carlos Encinas han estado al pie del cañón desde los comienzos en aquella etapa ganadera casi, casi por afición hasta llegar al momento actual.



Varias cosas se vieron en la plaza de Fuentesaúco en la tienta de estas reses bravas que prestigian al pueblo zamorano de Fuentelapeña, allá por el valle de la Guareña. Una el extraordinario comportamiento y bravura en general de los animales lidiados. Otra la ilusión de unos chavales por querer llegar a ser toreros y que no dudan en recorrer kilómetros, desplazarse, acudir a las convocatorias y obtener a cambio el aplauso del público y la oportunidad de torear.
El Bolsín de Zamora sigue en marcha hasta la gran final que se celebrará en Toro en su plaza emblemática, histórica y tradicional, restaurada muy acertadamente por la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento toresano y a cuya convocatoria están llamados y citados todos los taurinos que deseen presenciarle.

Dar a los chicos, novilleros principiantes, de comienzos taurinos, estas oportunidades es una de las acciones más importantes, gratificantes y meritorias de cuantas organizaciones se dedican a este fomento de la Fiesta de toros. Hoy Fuentesaúco, ayer Fermoselle, mañana Villalpando, Toro o Fresno de la Ribera, la provincia de Zamora sigue dando alegría y consiguiendo que la fiesta ocupe el lugar que le corresponde.
FOTOS: José Fermín Rodríguez.
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