Vuelta la burra al trigo. Y dale que te pego con el tambor animalista de mascotas y control absoluto de la vida del ser humano. En la Rioja, con los votos de podemitas, socialistas y ciudadanos, han puesto en marcha una ley para el buen trato del animal de disfrute humano. Esto, en palabras claras castellanas es sin duda un maltrato animal aberrante y la vuelta a tiempos prehistóricos en retroceso singular al aparecer el animal, perro de la casa, calificado como sujeto de la ley, en este caso ese que “las personas mantienen principalmente en el hogar para disfrute de su compañía”.
La Ley aprobada obliga entre otras cuestiones a la esterilización de machos y hembras. Es decir, no se tienen en cuenta las necesidades sanitarias de cada animal ni los efectos negativos de la esterilización en cada mascota. Hembras vaciadas y machos castrados para lograr, poco tiempo, una perfecta nueva raza de eunucos. No se pone en duda la anti natural vida de un castrado y tampoco se cuestiona la castración aberrante de su animalidad natural, sino que se avanza hacia el dominio máximo del humano sobre el animal al decidir el hombre quien pare, quien se embaraza, quien procrea. Un maltrato nacido del máximo exponente de dominador sobre dominado.
Y la locura ya elevada al cubo: Registro y Censo, esterilización en castración sin excepciones, y… certificado de defunción obligatorio para que se concluya que la muerte no haya “síntomas de violencia”. Es la hipocresía personificada de los buenistas: te capo, te hago eunuco, te elimino animalidad, pero que no te maltraten. Los dueños tienen la obligación de pasear dos veces al día a un perro. Es decir, que el vecino puede acusarme del delito de haberlo paseado solo una vez. Si esto no es un nuevo tipo de delación amparada y animada por una ley, que baje Dios y lo vea.
En conclusión y por aclarar conceptos. Disposiciones como la comentada esconden sin duda que estas legislaciones favorecen a la industria transnacional de las mascotas y que se legisla para favorecer a un mercado no al animal en sí.
Dios bendito, cuando el diablo no tiene quehacer, con el rabo espanta las moscas. Y qué verdad más grande. Si no, compruébenlo leyendo la ley del maltrato animal de la Rioja aprobada por socialistas, ciudadanos y podemitas. Es que esta tropa no para.
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